Señalado por dos menores como autor de violación agravada y tentativa de violación agravada, Antonio Ortega Gallardo, sentenciado a más de 11, lleva ya casi cuatro años en la cárcel.
Adultas aya, sus acusadoras de entonces alertaron (mayo de 2010) a un oficial policiaco que acababan de ver, ¡en la calle!, al sujeto que las agredió, y que trató de hacerlo de nuevo azuzándolas a subir a la misma camioneta en que fueron abusadas en 2007.
Gracias a que una tomó las placas, ese mismo día fue aprehendido Héctor Reynaldo Santiago Jiménez… a quien reconocieron también otras ¡seis! víctimas como su abusador.
El juicio contra el inocente Antonio es un perlario de marranadas: sin testigos ni pruebas periciales (ADN, cabello, semen); sin careo con quienes lo acusaron sólo porque los judiciales se lo mostraron detrás de un cristal.
Peor: en vez de disculparse y liberarlo, jueces y magistrados lo confirman “culpable”.
Y todo porque la Procuraduría del DF, de manera sistemática, rechaza las declaraciones del par de jovencitas contra su verdadero depredador.
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