miércoles, 16 de febrero de 2011

[Carlos Marín. El asalto a la razón] Uso vil de la señora Cassez



Por desconfiables que sean la procuración e impartición de justicia en México (y donde sea), y al margen de cualquier “sentimiento patrio”, para todo hay instancias jurídicas, incluidas las internacionales, que el presidente de Francia y su camarilla quieren pasarse por su emblemático Arco del Triunfo.
Tanta alharaca, sin embargo, tiene su explicación:

a) Sarkozy está en precampaña para reelegirse dentro de 15 meses, y enfrenta la crisis más aguda en décadas del sistema judicial, con la huelga de los tribunales, jueces, fiscales, abogados y personal administrativo.

b) Poco antes de que sacara las uñas por Cassez, la lépera canciller, Michèle Alliot-Marie, estaba siendo blanco de feroces críticas porque, en plena Revolución de los jazmines, no sólo tomó sus vacaciones en Túnez, sino tuvo la desvergüenza de gorrear sus vuelos a un cortesano del derrocado Ben Alí, y

c) El primer ministro, François Fillon, vacacionó con su familia en Egipto cuando empezaban las protestas en El Cairo… ¡patrocinado por su anfitrión Mubarak!
Lo de la convicta, pues, es por sobrevivencia.

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