miércoles, 2 de febrero de 2011

[Jorge Fernández Menéndez. Razones] Instituciones a medias y sometidas a partidos



La Suprema Corte de Justicia está incompleta, le falta un ministro y ya han quedado entrampados, por empates entre sus miembros, más de 20 casos, el más importante de ellos ayer, en el amparo que un grupo, entre quienes me incluyo, presentamos contra la reforma electoral de 2007. Al Instituto Federal Electoral le faltan tres consejeros y todo ello está dañando el funcionamiento del IFE y provocando desfases en las tareas electorales. La junta de gobierno del Banco de México también se encuentra incompleta y le faltan dos integrantes al consejo del IPAB.

Las instituciones no pueden funcionar a medias o con parte de sus integrantes. Han sido los partidos, a través del Congreso, los que han diseñado estos organismos y la cantidad de sus miembros se supone que está pensada para evitar los actuales empantanamientos y conservar al mismo tiempo los equilibrios.

El Poder Ejecutivo, en algunos casos, como es el de la Suprema Corte, tiene la obligación de enviar sus propuestas al Senado para que éste designe a los nuevos ministros. El Congreso debe designar directamente a otros, como es el caso de los consejeros del IFE. Pero unos y otros, por consideraciones netamente partidarias, ignoran sus respectivas leyes y prácticas legales, para jugar con los tiempos y las instituciones.

En el caso de la Suprema Corte, el Ejecutivo envió, dentro del plazo legal, pero a punto de concluir el pasado periodo ordinario de sesiones, una terna al Senado. El PRI y el PRD apoyaron a una de las tres mujeres propuestas, pero repentinamente el PAN decidió retirarle su voto y la terna regresó al Ejecutivo que hasta el momento de escribir estas líneas no había enviado otra al Senado. 

Y las preguntas son varias: si habían pasado varias semanas desde la muerte del ministro Gudiño Pelayo, ¿por qué demorar tanto en enviar la terna de postulantes para reemplazarlo cuando la labor de la Corte es cada día más importante y se aproximaban movimientos tan delicados como el cambio del presidente de la SCJN? Si el Ejecutivo envió una terna, quiere decir que esas tres personas, las tres mujeres, en este caso, le parecían aceptables para esa responsabilidad. 

Si los dos partidos de la oposición coincidían en una de ellas, ¿por qué el partido del  presidente Calderón la rechaza y con ello echa para atrás la designación de la nueva ministra y obliga a reponer todo el proceso?(…)

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