jueves, 10 de febrero de 2011

[Julio Hernández López. Astillero] Operación Tequila - Gran estado de ¡salud!


•    Respuesta indirecta

•    ¿Delito civil de deslealtad?

En una zigzagueante continuación del litigio entre lo ético y lo etílico que actualmente se libra, al calderonismo no le bastó ayer con un comunicado burocrático de prensa para zafarse de las sostenidas acusaciones de que gobierna de manera pésima, dominado por húmedos demonios de irritabilidad, venganza e inestabilidad, así que por la noche hubo de comparecer el secretario de gobernación, disfrazado de secretario particular, Roberto Gil, para dar a conocer las muchas, entusiastas y muy productivas actividades del licenciado Calderón durante el día y para precisar de manera tragicómica, sin atreverse a mencionar por su nombre los señalamientos de alcoholismo en contra del ocupante de Los Pinos, que éste tiene un buen estado de salud, fortaleza física y entereza.

Durante el día, el licenciado Calderón apareció montando una yegua y trepado en un yip militar en el curso de los actos recordatorios de la marcha maderista de la lealtad y, por la tarde, contra la sospechosa costumbre de ausencias públicas después de las comidas, estuvo en un acto en el Centro Médico de la capital del país.

Respuesta indirecta a la pregunta directa que la semana pasada hizo la periodista Carmen Aristegui, que por ese motivo debió abandonar el noticiero matutino de MVS. Que no digan que el gran poder desatiende las indagaciones de la prensa: Felipe se levanta tempranito, hace ejercicio y luego preside reuniones privadas y tiene actividades públicas, para terminar por allí de las 10 de la noche. Ritmo de actividades que sería incompatible con los infundios, rumores y aun dudas que dolosamente se propalan para dañar al licenciado Calderón, a su familia y a la institución que representa (el licenciado Gil no precisó el nombre de la aludida institución representada).

Día difícil para el calderonismo pues, en un contexto de recrudecimiento de las presiones y amagos estadunidenses (chin, creo que usar en estos momentos el término de recrudecimiento es una prueba más de la falta de tacto de un tecleador con yemas digitales atrofiadas), el ocupante de las suites sexenales conocidas como Los Pinos fue acusado a temprana hora de hacer berrinche de terminales consecuencias laborales por una pregunta al aire que una respetable periodista le hizo y cuya pertinencia fue defendida ayer en una lectura de posicionamiento en la casa Lamm.(…)

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