viernes, 11 de febrero de 2011

[Sergio Sarmiento. Jaque Mate] El presunto



La Constitución nos otorga a los mexicanos la presunción de inocencia. El artículo 20 establece, efectivamente, que toda persona imputada tendrá derecho a que se presuma su inocencia mientras no se dicte una sentencia en su contra por un juez.

La realidad, sin embargo, es otra muy distinta. Miles de mexicanos son detenidos y encarcelados antes de ser juzgados a través de la llamada prisión preventiva. Pero eso no es lo peor. La película Presunto culpable que se estrena la próxima semana nos demuestra que, incluso en aquellos casos en que hay pruebas claras de la inocencia de un acusado, éste es castigado a menos de que tenga dinero o atención de los medios.

Roberto Hernández y Layda Negrete, dos abogados que con anterioridad nos dieron el documental El túnel, han producido ahora Presunto culpable. Es la historia de José Antonio Zúñiga, un personaje de la vida real, tianguista de Iztapalapa, detenido y acusado de un homicidio que no cometió.

El que piensa que en México "El que nada debe nada teme" se enfrentará en Presunto culpable a una realidad radicalmente distinta. De nada sirve que todas las pruebas ratifiquen la inocencia del acusado. El sistema de justicia de nuestro país es una simple fábrica de culpables.

Toño, el protagonista de la cinta, es supuestamente detenido en flagrancia después de un homicidio. En realidad la detención se lleva a cabo un día después de los hechos. A Toño lo señala un testigo, aparentemente presionado por policías judiciales, el cual se contradice en sus declaraciones.

Las pruebas de pólvora comprueban que el acusado no disparó el arma asesina. Numerosos testigos lo ubican en su puesto comercial, a considerable distancia del lugar de los hechos, en el momento del homicidio. En un real sistema de derecho Toño habría quedado en libertad en automático. (…)

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