viernes, 11 de febrero de 2011

Surrealismo político



Excélsior
Género: Opinión
Publicación: 11 de febrero de 2011
Autor: José Rubintein

El senador priista por Guerrero, Ángel Heladio Aguirre, aspiró a ser postulado por su partido -del cual fue dos veces diputado, presidente estatal y gobernador sustituto- a la gubernatura de su estado. Al ser otro el designado, cinco meses previos a las elecciones, Aguirre renunció al PRI y contendió por la alianza PRD, PT y Convergencia. Cuatro días antes de las mismas, el candidato del PAN se sumó a la coalición de Aguirre, ofreciéndole su ínfima porción de votos, como si él dispusiera de los mismos. Ángel Aguirre gobernará nuevamente Guerrero.

El diputado federal por el PRD en Baja California Sur, Marcos Covarrubias, intentó ser candidato de su partido -del cual fue anteriormente presidente municipal de Comondú- a la gubernatura de su estado. Al favorecer el PRD a otro candidato, tres meses antes de las elecciones, Covarrubias renunció al partido, compitió y ganó por la coalición PAN-PRS -Partido de Renovación Sudcaliforniana-.

El senador neopanista Rafael Moreno Valle Rosas -previo diputado local y luego federal por el PRI- obtuvo la gubernatura de Puebla, representando al PAN, PRD, Convergencia y Nueva Alianza.
El senador de la Alianza por el Bien de Todos, por Oaxaca, Gabino Cué, priista relevante hasta 2004, ganó la gubernatura de su estado encabezando la alianza PAN, PRD, Convergencia y PT.

El senador del PRI por Sinaloa, Mario López Valdez, pretendió contender para gobernador. Al inclinarse el PRI por otro, a tres meses de las elecciones, Malova renunció al mismo y se impuso en los comicios, compitiendo por el PAN, PRD y Convergencia.

Los flamantes gobernadores que han llegado al poder representando a partidos e ideologías opuestas a las formativas ¿bajo qué lineamientos se conducirán en la práctica?, ¿modificarán su manera de ser y de pensar en automático?, ¿abandonarán los ideales de toda una trayectoria?

El antinatural fenómeno de surrealismo político imperante rebasa toda predicción. El terreno de la imaginación da pauta a escenarios ilimitados. ¿Concibe usted al senador Beltrones compitiendo por una alianza opositora al no ser candidato del PRI a la Presidencia? Yo no.

Las alianzas son un recurso conveniente para competir electoralmente con mayor representatividad y mayores posibilidades de triunfo, aunque compartido. Y es aquí donde está el detalle, ¿se puede compartir decisiones de gobierno con quienes dicen negro, cada vez que uno dice blanco?, ¿se puede repartir cargos y responsabilidades equitativamente?, ¿gobernar en zig-zag?

El PAN, otrora partido pura sangre, ha venido contaminando su esencia a base de transfusiones ideológicas, el júbilo inicial por participar en gobiernos híbridos habrá de irse desdibujando conforme las coaligadas decisiones se interpongan con la doctrina panista.

Tránsfugas del semillero político por excelencia, el PRI, principalmente por no haber alcanzado hueso, se conducen como furibundos detractores del tricolor, a tal grado que establecen vergonzosas alianzas si así impiden ganar al PRI.

Por otro lado, la limitada baraja de opciones electorales, derivada de la restricción a particulares sin partido a contender, motiva el surgimiento de aspirantes chapulines en búsqueda de legitimar sus ambiciones políticas.

Intrigan las avanzadas pláticas para formalizar alianza PAN-PRD en el Estado de México, de las cuales se jacta el presidente panista, ¿el PAN aceptará al impugnado Encinas -es decir, AMLO- o el PRD aceptará al ex embajador en El Vaticano, Bravo Mena? qué le hace, con tal de que pierda el PRI.

Señores, no sólo se ha perdido el amor por la camiseta, se ha perdido la camiseta.

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