viernes, 4 de marzo de 2011

[Sergio Sarmiento. Jaque Mate] Obama-Calderón


 NUEVA YORK.- Quizá lo más importante que hay que hacer notar es que, a pesar de la importancia que se le dio en México a la reunión entre los presidentes Barack Obama y Felipe Calderón, en Estados Unidos la visita pasó en buena medida inadvertida. Los noticiarios de televisión en la Unión Americana casi no le prestaron atención y sólo unos cuantos periódicos nacionales le dieron algún espacio. Sigue habiendo una gran diferencia entre la importancia que en México le damos a la relación con Estados Unidos y la poca relevancia que en la Unión Americana tiene la relación con nuestro país.

No hay duda de que hubo un intento por parte del presidente Obama por darle su lugar al presidente Calderón. El mandatario estadounidense subrayó su admiración por el "extraordinario valor" que han mostrado el gobierno mexicano y el país en la lucha contra el crimen organizado. Estas palabras resultaban particularmente importantes a la luz de comentarios del embajador Carlos Pascual, difundidos por WikiLeaks, que mostraban un desprecio por la actuación del Ejército, al que acusaba de indolente, especialmente en comparación con la Marina. Al final, el presidente Calderón expresó en la conferencia de prensa: "Para mí ésta es una reunión muy importante, quizá más de lo que ustedes pueden saber".

Pero fuera de estas palabras, poco pudo ofrecer el presidente Obama, por lo menos en público, a las peticiones del presidente Calderón. Ante la constante exigencia del gobierno mexicano de que Estados Unidos detenga el tráfico de armas hacia México, así como México está haciendo esfuerzos por parar el tráfico de drogas a la Unión Americana, el presidente estadounidense reconoció su impotencia. La segunda enmienda a la Constitución de Estados Unidos establece que los estadounidenses gozan del derecho fundamental de portar armas y los tribunales de ese país han interpretado esta enmienda en el sentido de que el gobierno no puede restringir el mercado de armas.

Por el otro lado, el presidente Calderón prometió al presidente Obama pedir al Senado de nuestro país que considere eliminar la prohibición a los agentes estadounidenses en territorio nacional de portar armas. Es difícil pensar, sin embargo, que en un año preelectoral, y en un momento de extrema debilidad política del presidente Calderón, el Senado aceptaría una medida de esta naturaleza.(…)

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