miércoles, 8 de junio de 2011

Buscamos héroes: entre el legislativo, el ejecutivo y el judicial, ni para donde hacerse



La Jornada Aguascalientes
Género: Opinión
Publicación: 0 de junio  de 2011
Autor: Oswaldo Rodríguez García

Sin duda alguna, hoy Aguascalientes atraviesa por una de las crisis más fuertes en cuanto al sistema político-económico se refiere. Con una poder Ejecutivo que guía su forma de gobierno en una política de “ni los veo, ni los oigo”, ajeno a las necesidades ciudadanas, soberbio ante los reclamos de corrientes políticas distintas y con las puertas cerradas para la ciudadanía.
6 meses han transcurrido del cambio de estafeta en el Palacio Mayor, cambio que se dio luego de una de las elecciones más polémicas que ha vivido Aguascalientes y que más esperanzas ha puesto de por medio, mismas que se han ido apagando en muy poco tiempo.
Nos gobiernan con ocurrencias, pero cobran con intereses, pues políticas públicas para sacarnos del desastre social, económico y de inseguridad no existen; pero lo que si tenemos un presupuesto de 12 mil millones, partidas federales y una deuda cercana a los 4 mil millones de pesos. Recursos que hasta el momento no han impactado en el beneficio social y en la calidad de vida de los aguascalentenses.
Y qué decir del poder Judicial, en donde el rezago de expedientes sin concluir alcanza el 70 por ciento, además de tener un déficit presupuestal millonario para hacerle frente a un exceso de 2 mil asuntos por juzgado. Sin mencionar que el flamante Jefe de Gabinete está a cargo de llevar las relaciones entre el Ejecutivo y los jueces, lo que repercute además en una triangulación de comunicación entre poderes innecesaria.
Y para cerrar con broche de oro esta enumeración de desgracias de la política local, tenemos al poder legislativo, ese que debiera ser independiente al Ejecutivo, pero que solamente funge como oficialía de partes con 27 empleados más del señor Gobernador, y no hablamos del que eligió la ciudadanía, sino del que fue colocado en ese pedestal a un mes del cambio de gobierno, el de facto.
Porque somos testigos ignorados de cómo quienes hacen las leyes y distribuyen recursos para el desarrollo del país, funcionan como títeres de quien los ayudo a llegar a una curul a cobrar mucho y trabajar poco.
Pero aunque el panorama es desolador y tal pareciera que estamos sometidos a vivir un sistema autocrático como el actual, no es así. Siempre hay opciones y hoy tenemos la oportunidad histórica de reaccionar y, organizados, salir adelante.
Por eso necesitamos héroes, ciudadanos comprometidos con el Estado que, lejos de victimizarse, se organicen y dejen la apatía, para entrarle a la toma de decisiones, exigiendo que se cumplan las promesas y vigilante de que los recursos públicos sean utilizados con responsabilidad y total transparencia.
Sabemos que no será fácil cambiar un sistema viciado, en donde los intereses políticos y económicos de unos cuantos serán defendidos con vehemencia, pero alguien lo tiene que hacer. Las minorías son mayoría cuando reunidas luchan por un mismo fin.
Ya no podemos ser solo espectadores del saqueo y abuso de Aguascalientes, necesitamos ser miembros activos del cambio, de la revolución intelectual, organizados y consientes de que las cosas deben y pueden ser diferentes, solamente necesitamos voluntad para salir a la calle y confrontar a quienes pretenden vivir del erario sin dar resultados y dejando de lado las necesidades sociales, pues para ser escuchados y atendidos lo único que necesitamos es hablar.

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