A punto de cumplirse un año de la liquidación de Luz y Fuerza del Centro, Martín Esparza y sus abogados admiten por fin la imposibilidad de revertir el decreto de extinción.
Necean, sin embargo, con la exigencia de que la Comisión Federal de Electricidad se asuma como “patrón sustituto” de los 16 mil ex trabajadores que aseguran “representar”, aunque saben que la titularidad del contrato colectivo en la CFE la posee el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (no el Sindicato Mexicano de Electricistas, que desde mediados de 2009 carece de dirigencia legal).
La liquidación de la empresa fue contemplada y esquivada por los gobiernos priistas y reiteradamente sugerida por la Auditoría Superior de la Federación (el órgano autónomo que permite supervisar a la Cámara de Diputados las finanzas públicas).
El derroche de 42 mil millones de pesos anuales del erario hizo insalvable a Luz y Fuerza, que venía operando (desde los estertores del priato) con incosteable y deficiente productividad y donde, en el colmo de lo absurdo, las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón permitieron a Esparza, en sus cuatro años como secretario general, darle un tiro de gracia con la “colada” de casi cinco mil innecesarias y sospechosas plazas.
A finales de la semana reciente, Carlos de Buen, abogado de lo que queda del SME, dijo a sus clientes que no pretende “engañarlos”; que la resolución de la Suprema Corte sobre la constitucionalidad del decreto de extinción es definitiva, y que nada más puede hacerse, excepto intentar que la CFE se asuma como patrón sustituto: “Tengo que ser muy honesto con todos ustedes: no hay posibilidad, en los juicios, de rescatar a Luz y Fuerza del Centro…”, admitió.
Les explicó que los ministros no se manifestaron por la terminación de las relaciones laborales ni la cancelación del contrato colectivo de trabajo (lo cual es cierto), pero no les recordó que ya el juez sexto de distrito en materia laboral, hace poco más de un mes, negó amparar al SME contra la decisión de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje de desechar su emplazamiento a huelga (presentado en febrero pasado) contra Luz y Fuerza, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes y la Comisión Federal de Electricidad.
En esa resolución, el juzgador consideró que, ante la extinción de LFC, la empresa desapareció de la vida jurídica y sólo conservó su personalidad para los efectos de su liquidación, pero ni el SAE ni la CFE pueden ser considerados como “patrones sustitutos” de los ex trabajadores ya que, en virtud del decreto de extinción, no hubo transmisión de los bienes de Luz y Fuerza ni se continuó ininterrumpidamente con las actividades, por lo que no se dan los supuestos de la Ley Federal del Trabajo ni de la jurisprudencia para esos efectos.
Los que siguen dándole por su lado a Martín Esparza carecen, pues, de razones para seguir la estrategia callejera, los sabotajes al servicio, las agresiones a vehículos y personal de la CFE, de un líder que, simplemente, los está dejando colgados de la brocha.
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