Es cierto que los tres priistas principales (si descontamos a algunos gobernadores) se sentaron el lunes a dialogar con el presidente Calderón. Pero la presencia de Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Francisco Rojas en Los Pinos no necesariamente marca el cese de las hostilidades entre el PRI y el gobierno federal.
Dejemos a un lado la retórica ignorante, exagerada y provocadora de Enrique Peña Nieto -¡mire usted que comparar las alianzas políticas entre antagonistas con la delincuencia organizada!-; basta con tener presentes las posiciones recientes del líder de los diputados para tener una idea del enfrentamiento que ocurrirá en esa Cámara a propósito del paquete fiscal, que en el clima así esbozado será el asunto primordial en las próximas semanas.
Aun antes de la entrega de los proyectos hacendarios a que está obligado el Ejecutivo -que debe hacerse hoy-, la bancada tricolor anunció su posición, contraria a los indicios que sobre el contenido de ese paquete han salido de la Secretaría de Hacienda.
Por supuesto que se trata, como en el chalaneo mercantil, de una posición inicial -"para empezar a platicar", se decía en el regateo de los mercados populares-, susceptible de ser modificada. Pero si persisten las diferencias entre la bancada del PRI (o al menos el sector mayoritario que acompaña a Rojas en su belicosidad), ese partido, junto con su dependiente, que no aliado, el Verde, tiene los votos suficientes para aprobar un presupuesto que difiera del proyecto enviado por el Ejecutivo.
Claro que asimismo el Presidente puede vetar el resultado del debate legislativo dominado por el PRI, pero es probable que a éste lo acompañaran el PRD y los partidos que se agrupan en el DIA cuando se llegara al punto de ratificar una posición controvertida por la Presidencia. (…)
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