martes, 19 de octubre de 2010

Ciro Gómez Leyva. La historia en breve, Los porristas democratinskis de Ricardo Salinas Pliego



Sorprendente el curso que ha tomado la llamada licitación 21, que otorgó a Nextel la concesión para explotar la franja de 30 megahercios para dar el servicio de 3G.

Y no porque demuestre que la agrupada ferocidad (racional o irracional, no importa) contra lo que huela a Televisa goza de cabal salud. Lo portentoso es la flaqueza con que se está evaluando el modus operandi típico del grupo de Ricardo Salinas Pliego, que tiene detenida la posibilidad de que la eventual sociedad Nextel-Televisa se meta en sus terrenos.

Nextel expresó el viernes que la estrategia del Grupo Salinas en esta historia es la que aplicó para robarse el Canal 40. Se refiere a la multitud de procedimientos judiciales (72 en total, según Nextel) para bombardear y torpedear el avance de la licitación 21.

Comprendo que las voces pagadas por Salinas Pliego justifiquen la maniobra con el argumento de que sólo recurre al estado de derecho. No así el que, envenenados de antitelevisismo, voces críticas lo miren con indiferencia, por no decir simpatía.

Lo he escrito aquí desde 2002: la mecánica del Grupo Salinas es simple: corromper y/o amedrentar en la primera instancia para instalarse por años (con corruptelas y amedrentamientos) en la aviesa cadena judicial de las resoluciones-suspensiones. 

En lenguaje llano: primero te chingo, luego litígale. Así ocurrió con el Canal 40, del cual casi nadie se quiere acordar.

Ricardo Salinas tiene el dinero, la pantalla, los abogados (y de ser necesario, los gánsters) para alargar los pleitos. Y para ablandar. Frente a él sí que tiembla el gobierno.

Supongo que ahora más, cuando lo ven venir con su flamante hato de porristas democratinskis.

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