El Universal
Sección: Columnas
Género: Opinión
Publicación: 18 octubre de 2010.
Autor: Ricardo Alemán
Para casi todos —claro, salvo para medios y políticos que lo solapan—, el caso del diputado Julio César Godoy confirma la existencia de narcopolítica en México. Sin embargo, lo peligroso del asunto no es ratificar lo que era un secreto a voces, sino saber cuántos diputados, gobernadores, senadores o alcaldes estarían involucrados en el crimen organizado y el narcotráfico; hasta dónde están metidos.
Salta el tema por el cinismo y “valemadrismo” con el que antes y después de la revelación de escuchas de Godoy con La Tuta reaccionaron legisladores, alcaldes, gobernadores y servidores públicos de todos los partidos y de todos los niveles —además de cierta prensa—, que a pesar de lo contundente de las evidencias parecen solapar al presunto criminal.
¿Por qué buena parte del PRD, sus presidenciables, AMLO y Marcelo; líderes parlamentarios, gobernadores y hasta su prensa salieron en defensa de Godoy antes de la difusión de las grabaciones y hoy siguen tan campantes? ¿A poco no sabían que Godoy está metido hasta el cuello? Está claro que todos lo sabían. Desde AMLO, pasando por Marcelo, Ortega, Zambrano, Acosta, Navarrete y Encinas, sin olvidar al gobernador Leonel Godoy. Y entonces, ¿qué pasó, por qué antes y hoy lo solapan?
La razón es política, y tiene dos peligrosas vertientes. La primera vinculada con la impunidad que le brindó a Godoy un sector del PAN y del gobierno federal azul, debido a la alianza del PAN y el PRD. Esa casi hermandad electoral contra el PRI hizo florecer la impunidad para el probado narcopolítico que es Godoy. Y la segunda razón, y que involucra a AMLO y a los radicales amarillos, es que sería más que un pecado; sería un verdadero sacrilegio que el gobierno espurio, ladrón, el que se robó la elección, pudiera comprobar que los buenos de la película, los demócratas, prohombres de la izquierda ejemplar y los que defienden al México bueno, son más que ratas, son narcotraficantes metidos a la política. Como Godoy.
Pero no es todo. ¿Por qué en la Cámara de Diputados se hicieron de la vista gorda diputados del PRI, gobernadores del PRI y la dirigencia nacional del PRI? Es elemental, porque no pocos de esos legisladores y gobernadores tricolores tienen cola que les pisen. Está claro, para todo el que quiera verlo, que Godoy llegó a San Lázaro en calidad de narcodiputado, gracias a una extensa y harto compleja red de narcopolítica.
Y en efecto, cuando protestó ante el pleno, en donde fue aplaudido y vitoreado, la narcopolítica se construyó un blindaje casi imbatible, el cual se rompió cuando aparecieron las grabaciones de Godoy y su tío, La Tuta. ¿Cuántos narcopolíticos más? Por lo pronto siguen matando alcaldes.
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