martes, 2 de agosto de 2011

Carlos Ramírez. Indicador Político [Pobreza: más con Zedillo 1995, Crisis por modelo de desarrollo]


Si revisan las cifras oficiales de Coneval sobre la pobreza, los priístas se encontrarán con varias sorpresas:

  • Por la crisis devaluatoria Salinas-Zedillo de 1994-1995 y la caída del PIB en 1995 en -6.2%, la pobreza alimentaria aumentó en 15.3 millones de personas; en tanto que por la crisis hipotecaria de 2008 y el desplome del PIB en -6.4% en 2009, la pobreza alimentaria aumentó sólo en 989 mil personas.
  • De acuerdo con la distribución del ingreso en el 60% de los mexicanos pobres, la tasa aumentó en 4.2 puntos porcentuales en el largo periodo de treinta y un años (1963.1994), en tanto que esa misma tasa creció en 1.1% en apenas 8 años (2001-2008).
  • Según las cifras de evolución de la pobreza de ingresos de 1992 a 2012 (gráfica al final), la durísima crisis provocada por la devaluación Salinas-Zedillo de 1994-1996, el porcentaje de persona afectadas pasó de 52.4% a 69%, un aumento de 16.6 puntos porcentuales; y la pobreza bajó al piso de 42.7 en el 2006, ya en las administraciones panistas. La crisis de 2008 de Calderón hizo aumentar la pobreza por ingresos de 42.7% a 51.3%, un aumento de apenas 8.6 puntos porcentuales, la mitad del daño provocado por Salinas-Zedillo.


De ahí que el debate sobre la crisis debe salirse de la observación parcial del bienio 2008-2010 y enfocarlo en un escenario de más largo plazo. Y ahí las cifras confirman que las crisis económicas y sociales en los gobiernos priístas de 1970-2000 fueron mayores y más dañinas --inflaciones, devaluaciones, desempleo-- que la del 2008 por el colapso hipotecario en los Estados Unidos. 

El colchón de bienestar de periodo panista 2001-2008 permitió atenuar el efecto negativo de la crisis, contra la generalización de los problemas provocados por la devaluación de 1995 y su efecto inmediato de aumento de las tasas de interés, hechos que provocaron el empobrecimiento de la sociedad.

En la crisis de 1994-1995, el efecto negativo no sólo fue de empleo sino de pérdida de casas y automóviles, aunque Ernesto Zedillo se cuidó de proteger a los banqueros de la quiebra vía el Fobaproa, a costa de la depauperación de millones de familias que aún hoy en día aun no recuperan parte de lo perdido; en tanto que la crisis de 2008 sólo repercutió en la baja en el empleo formal. Por tanto, las cifras de pobreza requieren de un examen en horizonte histórico y no agotarlas en un solo año.(…)

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