El presidente Juan Manuel Santos concluye hoy una visita de Estado que comenzó ayer. El mandatario colombiano, sin embargo, está en México desde el sábado, día en que realizó actividades privadas, entre ellas un desayuno con empresarios. Y luego, junto con su familia, se reunió con su anfitrión y la suya en citas amistosas, que dan cuenta de la estrecha vinculación personal que en breve tiempo han establecido los dos presidentes conservadores.
El sábado mismo, Calderón congratuló con Santos por el rotundo triunfo del equipo colombiano de futbol frente al de Francia, que vieron por televisión. Y el domingo volaron a Yucatán, a la zona arqueológica de Chichén Itzá. Santos fue acompañado por sus hijos María Antonia, Martín y Esteban, y Calderón por su hijo Juan Pablo.
El 22 de junio pasado, en la reunión sobre seguridad regional celebrada en Guatemala, el presidente colombiano, asumiéndose como ejemplo en la lucha contra el narcotráfico, instó en plan coloquial a Calderón a perseverar en su lucha contra el crimen organizado: "Yo sé que a usted lo acusan y le dicen: 'mire el problema en que nos ha metido, porque la violencia subió, porque los homicidios aumentaron'.
Claro, en ciertas zonas, como nos ha sucedido en Colombia". Pero a la larga el Estado debe triunfar. "Por eso lo felicito, presidente Calderón, porque ha sido un ejemplo". Y lo felicitó también por la aprehensión de El Chango Méndez, ocurrida la víspera. Y deseó que pronto fuera también detenido...y no sabía cómo se llamaba El Chapo Guzmán, cuyo nombre le fue finalmente "soplado".
Debido a la identidad de sus ideologías y de las estrategias armadas con participación norteamericana frente al narcotráfico, Calderón había mantenido una relación cercana con el presidente Uribe. Ese antecedente no perturbará el vínculo con el nuevo mandatario, con apenas un año en el gobierno, a pesar del distanciamiento, negado pero cierto, entre Santos y su predecesor, de quien fue ministro de Defensa.
Uribe acaba de visitar en el cuartel militar donde se halla preso a Andrés Arias, quien fue su ministro de Agricultura. Arias era, según los observadores de la política local, el delfín de Uribe y quizá por ello le dio carta abierta para aplicar una suerte de Procampo colombiano, el programa Agro Ingreso Seguro. El ministro ahora detenido alteró los términos de adjudicación de recursos y en vez de destinarlos a los agricultores en pequeño los entregó a los grandes propietarios, que han sido un poderoso grupo de interés en Colombia. (…)
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