La Jornada Aguascalientes
Género: Opinión
Publicación: 13 de abril de 2011
Autor: Vicente Pérez Almanza
Web: http://www.lja.mx/
La situación económica por la que atravesamos ha causado estragos en todos los niveles, nos hemos visto obligados a cambiar la carne de pescado y de res, por la de pollo y la soya para que haga rendir los alimentos, menos verduras y más caldo. ¿Usted imaginaria que esta situación precaria afecta incluso en el mundo de las drogas?
Durante las reuniones que cada mes sostengo con los encargados de la seguridad pública en la ciudad capital surgen varias consideraciones que debemos tener muy en cuenta los que nos encargamos de apoyar y generar políticas públicas que fortalezcan la percepción de seguridad entre los habitantes. En esta ocasión durante el reporte correspondiente al primer trienio del año corriente, surgió una observación que resulta por demás interesante.
En años anteriores, se comentaba durante los análisis comparativos, se daban entre 60 y 80 detenciones mensuales de personas por portación y consumo de cocaína, menos de 50 casos eran por marihuana y la cifra reducía en el caso de psicotrópicos y otras drogas. Ahora, en el balance de los primeros tres meses se reporta lo siguiente: 8 personas detenidas por cocaína, 3 por sustancias psicotrópicas y 17 individuos detenidos por la portación de otro tipo de drogas.
Como lo notaron disminuyó de manera radical el número de personas puestas a disposición por consumo de cocaína, pero llamó mucho la atención que entre enero, febrero y marzo del 2011 fueron 371 los individuos a los que les sorprendió con cannabis (marihuana), a otros 481 los consignaron por darse sus “toques” con cemento industrial y la nada insignificante cantidad de 84 sujetos que utilizaban el thinner.
Comparativamente hablando, cada tres meses en promedio se detenían a poco mas de 200 personas por cocaína, ahora sólo se detuvieron a 8, y eran menos de 150 casos de detenidos por marihuana y ahora son más de 370.
Según resultados de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA. www.insp.mx/encuesta-nacional-de-adicciones-2008.html) en Aguascalientes el 0.8% de las personas presentan dependencia a algún tipo de droga, esto en el 2008, es decir, poco más de 6 mil individuos, lo cual está por encima de la media nacional que es del 0.6%. Lo cual casi coincide con la cantidad de detenidos anuales que la Secretaría de Seguridad Pública reporta.
Por otra parte el Consejo Nacional Contra las Adicciones (CONADIC. www.conadic.gob.mx), otorga datos en los cuales se observa que entre los pacientes atendidos durante los años 2005 y 2008, la marihuana era la droga de mayor consumo. En ese mismo lapso la cocaína observó un crecimiento muy importante, ya que pasó del 12% a más del 70% de los pacientes. Despegó de una manera incontenible para situarse como el estimulante de mayor consumo. Hasta principios del año 2009, cuando se puede presumir que tras la crisis económica que sufrimos, el poder adquisitivo cambió para todos, incluso para los adictos a las drogas.
Datos más recientes, de finales del 2009, señalan que hay un probable repunte en el uso de marihuana y que la cocaína se estabiliza en su presentación de polvo, no así en la llamada “roca” o “crack”, que parece aumentar. “Esto tiene implicaciones graves porque es más adictiva, accesible y barata que la misma cocaína”, comenta Carlos Rodríguez, secretario técnico de CONADIC.
Resulta complicado averiguarlo, cuando no se tiene la intensión de pisar terrenos escabrosos, pero por conocimiento popular se sabe que “el polvo blanco” es más costoso, económicamente hablando, que el cannabis. Lo cual nos hace pensar en lo siguiente: durante los últimos dos años el poder adquisitivo de los mexicanos ha caído de manera dramática en más de un 20%; y lo que antes se ajustaba con 100 pesos ahora no es lo mismo.
Las drogas baratas han retomado su auge en el mercado de estupefacientes; durante años de “abundancia y novedad”, lo adictos se acostumbraron a consumir productos costosos; hoy la inflación en el mercado los obligó a dejar el vicio, lo cual francamente considero poco probable, o a cambiar la droga que consumían.
Con lo anterior no quiero decir que las personas que consumen drogas de manera consuetudinaria sean tipos económicamente activos que han tenido que dejar de lado su vicio a cambio de los frijoles y la leche para el hogar, sino que, la crisis económica ha pegado en todos los niveles y grupos sociales. En todas las áreas y actividades económicas, lícitas o ilícitas que incluso en el mercado de las drogas se ha buscado la manera de producir más, al menor costo posible para darlo más barato y no perder a los “clientes”. Basta mencionar “el basuco”, un nuevo tipo de droga de bajo costo, que según reportan se consume en niveles sociales marginales y resulta como derivado de los residuos químicos de la cocaína. El arsénico, el keroseno y el ácido sulfúrico que conforman al “basuco”, lo hacen una sustancia de lo más peligrosa posible.
Las drogas en conclusión resultan un problema legal, social, de salud y económico. Consumir estupefacientes en nuestro país es un delito; un cáncer que tiene a punto de la destrucción social a las estructuras como las conocemos, es un problema que avanza con pasos agigantados y que ha logrado filtrarse en todos los niveles socio-económicos de México.
La industria del narcotráfico (con más de 600 mil millones de pesos anuales, según datos no oficiales) en su afán de vender más ha introducido productos de todo tipo y al alcance de todos, logrando así colarse en la vida de millones de personas en todo el país a las cuales de una o de otra manera hace partícipes de la destrucción social.
Quienes se drogan, son personas que cegadas por su adicción no entienden de programas de atención, ni de promesas electorales o de logros políticos. Los adictos que lo hacen con el afán de zafarse de la realidad y su única convicción es aquella de continuar viviendo en su mundo, sea cualquiera que ese sea, no importando el costo que este tenga o el producto con el cual se narcoticen.
Sin embargo y ante la crisis económica que le ha pegado a todos, los drogadictos no son una excepción. Y mientras usted y yo le echamos más agua a los frijoles para hacerlos rendir; las estadísticas, nos dicen que los adictos se preocupan “porque ya no les alcanza para polvearse la nariz y han optado por volar de manera económica”.
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