La Jornada Aguascalientes
Género: Opinión
Publicación: 11 de enero de 2012
Autor: Vicente Pérez Almanza
Desafortunadamente hay quienes deciden gobernar en base a la simulación, construyendo a su alrededor un ambiente terso y a modo. La compra de las conciencias está a la orden del día y quienes ponen en subasta su “profesionalismo”, hoy tristemente, son personajes que abundan y con sus acciones cierran el círculo de la desinformación que aturde a nuestra sociedad.
A diario nos enteramos por las “noticias” que la farsa es una obra que beneficia a miles de personas y que la hipocresía es un éxito que se debe presumir. Los medios informativos comprometidos elevan a nivel de héroes a los funcionarios que poca o nula idea tienen de lo que hacen. La divulgación de la falsedad se ha vuelto costumbre y esto ocurre por culpa de esa simbiosis gobierno-medio de comunicación, donde estos últimos han dejado de lado su compromiso con la veracidad a cambio de su cuota de supervivencia.
En conclusión, estamos informados de lo bueno y lo mejor, maquillado todo, con positivismo y acompañado un aplauso que además de falso es comprado. Sin embargo, eso al no ser del dominio público, no todos lo saben. Ante esto, he de decir que no me extrañan las mentiras de los corruptos, ni de los deshonestos; tampoco me resulta sorpresivo saber que los gobernantes inventen sus buenas gestiones, pero lo que sí me preocupa es el silencio de los buenos.
Iniciado el 2012 debemos saber que las promesas no han sido cumplidas, que transcurrido el primer año de un gobierno sexenal falta mucho por hacer y el tiempo resulta poco cuando superponemos las promesas con los logros. El ambiente a diferencia de otros tiempos, es ideal para concretar proyectos, el Congreso es dócil y actuará en función de lo solicitado por el palacio mayor; sin embargo en ese sentido el 2011 transcurrió, al parecer, como un año cero, donde los legisladores “nadaron de muertito”, con nula productividad.
Por su parte, las secretarías de Gobierno lucen aletargadas, confundidas y poco resueltas a sobrepasar la etapa de buenas intenciones plasmadas en papel y las promesas. “Se hará esto… se traerá aquello… se logrará… se darán… se invertirá…”, son las frases preferidas de los titulares de las dependencias, quienes más bien parecen candidatos en campaña que disparan compromisos a diestra y siniestra; personajes que reciben la crítica ciudadana cual grave ofensa, olvidándose por completo su papel como servidores públicos.
Ejemplos de la ineficiencia gubernamental y las mentiras a cambio de ello sobran, pero para muestra tres ejemplos.
Ejemplos de la ineficiencia gubernamental y las mentiras a cambio de ello sobran, pero para muestra tres ejemplos.
Una de las banderas de un gobierno que se jacta de hacer volver el progreso es la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Social; en este caso cuando se busca información al respecto, nos encontramos con que se gastaron cerca de 170 millones de pesos (su presupuesto 2011) en el arduo trabajo de detectar a las familias más pobres del estado, ellos dicen que se trata de poco menos de 14 mil, cuando por ejemplo tan sólo en el municipio capital se habla de cerca de 120 mil personas en esta condición. Entre sus acciones más significativas vemos la repartición de despensas, si bien carentes de productos, eso sí, muy bien empaquetadas en su caja que indica el color partidista al que pertenecen.
Por otro lado, como “especialista” en el tema, el gobernador debería saber que depositar toda su fe en la llegada de una ensambladora de autopartes para así mitigar todos y cada uno de los problemas económicos y de generación de empleos en su sexenio, resulta poco más que soñador. Y es que se espera con ansias que Nissan decida colocar aquí su segunda planta, sin embargo, ante esto cabe mencionar algunos puntos. Primero: no todos los que buscan empleo se desenvuelven en el sector automotriz, en sus ramas o derivados. Segundo: para que una empresa como ésta, decida de nueva cuenta instalarse deberá haber una mejoría en las condiciones socio-económicas para facilitar su llegada; lo cual me lleva a esta pregunta: ¿Por qué las facilidades se dan para ellos y no para todos los demás?; y tercero, buscar en una sola empresa la solución de todos los problemas laborales me parece más una salida fortuita que una estrategia diseñada de antemano.
En este mismo rubro, prolifera la mentira de que se han generado más de 10 mil empleos en el pasado año. Primero, la promesa fue de 14 mil empleos permanentes y bien remunerados, los cuales se quedaron muy lejos al lograr generar menos de 9 mil, de los cuales el 40% fueron temporales.
Finalmente, la “necesidad” del canje de placas. Hoy en las oficinas de SEFI observamos una tremenda falta de oficio. Quienes muestran su buena voluntad de cumplir con este trámite han comentado que perdieron hasta 4 horas en el proceso para conseguir llevarse unas láminas bastante feas, esto en la ciudad capital, mención aparte la pérdida de tiempo que sufren los habitantes de los municipios del interior, quienes tienen que hacer fila para obtener alguna de las 25 o 30 fichas que se entregan al día. Aunque poco se puede esperar cuando dentro de Finanzas del estado, ni siquiera se han tomado la molestia de nombrar titular, funcionando desde hace un año un encargado de despacho.
Y como los anteriores abundan ejemplos de incompetencia, sin embargo son pocos los que lo saben porque no se enterarán a menos que lo vivan en carne propia. El ambiente terso y ficticio que rodea al aparato gubernamental aísla la realidad. Mientras la opinión pública dice que las funciones gubernamentales están fallando, el mundo de la fantasía dice que estamos en la ruta del progreso.
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