El secuestro de Diego Fernández de Cevallos aún no ha terminado. El comunicado del martes y la revelación de un acuerdo secreto entre el político y sus plagiarios recuerda con mucho el modelo de los espías dormidos del régimen comunista soviético. Y los misteriosos desaparecedores se acercan a reproducir el Ejército Simbionés de Liberación que plagió a la millonaria Patty Hearst en 1973.
En este sentido, Fernández de Cevallos aparece como un peligro para la seguridad nacional, para la seguridad política del Estado y para el proceso político 2011-2012. La revelación de una solicitud de conmutación de la pena de muerte abrió las dudas sobre qué otras cartas-compromiso por escrito dejó Diego a sus captores y si en ellas hay datos de la política secreta del poder, como dejaron entrever los desaparecedores en algunos de sus comunicados.
El diálogo público entre Diego, sus secuestradores y los medios después de la liberación ha dejado sembradas dudas en expertos en el tema porque implicaría una relación de secuestro a posteriori. En 1973, la hija del multimillonario periodístico William Hearst fue secuestrada. Los plagiarios exigieron que el magnate --prototipo de la película El ciudadano Kane, de Orson Wells-- repartiera entre pobres 6 millones de dólares de canasta de comida, con pavos incluidos. Diego se comprometió a un discurso contra la pobreza.
Luego de una severa tortura sicológica y de control mental --similar a la de la CIA y parecida a la revelada en la película El candidato de Manchuria--, Patty Hearst se unió a la guerrilla urbana y cambio su nombre al de Tania, igual a la de la compañera del Che Guevara. Pero fue capturada y encarcelada, aunque beneficiada por el poder de su padre y sus relaciones con los presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton. El ESL fue destruido.
El modelo de los espías dormidos fue diseñado por los comunistas soviéticos: plantar, vía tratamiento sicológico, a rusos preparados en el lenguaje, acento y cultura estadunidense y dejarlos ahí durante años, hasta ser puestos en movimientos para presuntos atentados. Durante años hicieron mofa de esta estrategia pero algunos libros de ex espías rusos le han dado cierta credibilidad a la historia.
Lo que ha abierto el interés de expertos en el caso Diego ha sido el diálogo entre secuestrado y secuestradores después de la liberación. No se tienen datos si Diego ha contado a las autoridades mexicanas todo lo ocurrido en su secuestro, las conversaciones con sus secuestradores y la información que dio a los secuestradores a cambio de su liberación. Las dudas en los medios sobre las fechas de liberación provocaron la intervención de los misteriosos desaparecedores.
En este contexto, la tesis que manejan expertos es que el secuestro de Diego no ha terminado y su liberación pudiera ser vista como una forma del grupo plagiario de sembrar un informante en el sistema político. Aquí se ubica también el hecho de que el PAN ha hecho a un lado a Diego de la política. La carta sobre la pena de muerte conmutada fue el recordatorio a Diego de que hay mucho más latente en el secuestro. Por tanto, Diego es un peligro para la seguridad política del Estado.(…)
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