viernes, 21 de enero de 2011

[Julio Hernández López. Astillero] ¿Me estás oyendo, Felipe?



Frente Popular Dieguista
¿Misteriosa Intolerancia?
Justicia cantante y selectiva

El principal adversario de la credibilidad del abogado Diego Fernández de Cevallos ha sido él mismo (se habla aquí solamente de la parte relativa a su misteriosa desaparición física durante meses, no de su trayectoria política y profesional, que merece expedientes aparte).

Su reaparición pilosamente preparada, un mes atrás, quedó al borde de lo inverosímil para muchos de quienes lo vieron en televisión moverse y hablar con soltura, encarar con la arrogancia de siempre a sus interlocutores, en este caso los periodistas, y desarrollar de inmediato una agenda de actividades que entre otras cosas incluyó la entrega de un amoroso ramo de rosas rojas a su novia. A diferencia de lo sucedido en otros casos, cuando las víctimas quedan largamente afectadas por las impresiones vividas, y requieren prolongadas terapias de rehabilitación, el ex candidato presidencial panista se veía esa mañana del pasado 20 de diciembre menos maltrecho que quienes, por ejemplo, en aquellas fechas, se desvelaban para ver un eclipse lunar.

No fue solamente el aspecto físico ni la impresionante capacidad de recuperación o el espectáculo intencional de la barba de testimonial crecimiento que contrastaba con el muy bien cortado cabello: el caso Diego estuvo lleno de irregularidades y sospechas que hasta la fecha no han sido aclaradas. Los Misteriosos Desaparecedores (MD) mostraron un perfil de elemental izquierdismo declamatorio que parecía más pensado para arrojar culpas sobre los movimientos encabezados por López Obrador y por el subcomandante Marcos que para fijar posturas propias de esos MD o para llamar a acciones consecuentes con ese pensar supuestamente guerrillero.(…)

No hay comentarios:

Publicar un comentario