Que, por ningún motivo, la Secretaría de Marina saldrá a pelear con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por el caso de las dos recomendaciones no atendidas en torno de los enfrentamientos en que se abatió al narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, en diciembre de 2009.
Que Marta Sahagún no perdió la oportunidad.
Tenía a Enrique Peña Nieto y a su esposa, Angélica Rivera, a dos asientos en la mesa de honor del banquete por el cumpleaños 79 del arzobispo de la Iglesia ortodoxa Antonio Chedraoui.
Marta no le quitaba el ojo al mexiquense y apenas alguien se levantó, brincó con los viejos reflejos intactos para instalarse al lado de Peña Nieto, darle un beso y “robarle” dos muy buenos minutos.
Que a quien no saludó Marta Sahagún fue a Raúl Salinas de Gortari.
La mesa del otrora “hermano incómodo”, por cierto, estuvo semivacía la mayor parte de la comida del arzobispo Chedraoui.
Que, hablando de simbolismos gastronómicos, quienes querían dejar patente que no están distanciados fueron la ex jefa de la Oficina de Presidencia de la República Patricia Flores, y el flamante secretario particular del presidente Calderón, Roberto Gil.
Estaban de lo más amenos y platicadores en el restaurante Lipp, en el hotel Marriot de Polanco. Dos horas de cordialidad a la vista del grillerío.
Que el propio secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Dionisio Pérez-Jácome, sepultó la posibilidad de que Mexicana de Aviación reanude operaciones el próximo lunes.
“No quiero dar una fecha”, dijo Pérez-Jácome ayer en entrevista de radio. “Pero trabajaremos para que esa fecha llegue lo más pronto posible”.(…)
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