miércoles, 19 de enero de 2011

[Joaquín López Dóriga. . En privado] ¿Adónde va Lujambio?




Cuando hace dos años el presidente Felipe Calderón designó a Alonso Lujambio secretario de Educación Pública, a la salida de Josefina Vázquez Mota para irse a la Cámara de Diputados, lo colocó en una posición de presidenciable.

En un principio pocos lo consideraron, pero conforme ha pasado el tiempo su presencia en esa carrera se ha reforzado.

Por meses, Lujambio rehuyó el tema con el argumento, ortodoxo le llaman, de invocar su responsabilidad política en el gabinete presidencial, soslayando que parte de ese encargo es posicionarse y fortalecerse para el relevo presidencial.

Así, el ex consejero del IFE, quien es considerado el historiador del PAN y cuenta con importantes apoyos en ese partido, se ponía en la línea de sus pares del primer círculo presidencial de esperar una señal, un guiño, un proyecto.

El mismo presidente Calderón decía en septiembre pasado que los integrantes de su equipo estaban en libertad de buscar esa posición, pero no desde su gabinete.

Esta señal parece haber cambiado porque primero fue el titular del Trabajo, Javier Lozano, el primero en levantar la mano; luego le seguiría Heriberto Félix, que parecería el tapado, desde la Sedesol, y el más reciente ha sido, el lunes en el informativo de Brozo, el mismo Lujambio.

Parecería sólo quedar pendiente el caso Ernesto Cordero, de quien se tiene la impresión de ser el favorito del presidente Calderón, lo que ninguno de los dos ha confirmado.

Por lo que se aprecia extramuros y por esas tres declaraciones, da la impresión, insisto, de un cambio en la línea presidencial, quizá ante la ventaja que han tomado Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, quienes van por la libre y por encima de la dirigencia de su partido, y en el caso del ex secretario de Gobernación en una combinación de métodos Fox-Calderón.

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