De los seis estados que cambian gobierno este año, los dos primeros son Guerrero, el día 30, y Baja California Sur, el 6 de febrero.
En Guerrero se enfrentan dos proyectos similares patrocinados por partidos diferentes: el del priista Manuel Añorve, con el Verde, y el de su primo, recién ex priista, Ángel Aguirre Rivero, por el PRD-PT-Convergencia. El PAN tiene una candidatura testimonial, Marcos Efrén Parra Gómez, que no compite por la inexistencia de ese partido en aquella entidad.
Añorve fue presidente interino de Acapulco, y Aguirre gobernador del estado, igualmente interino, a la caída de Rubén Figueroa por la matanza de Aguas Blancas que llevó al entonces presidente Ernesto Zedillo a removerlo, colocando al hoy candidato de izquierda.
En Guerrero, el PAN nacional está a favor del abanderado de la alianza de izquierda y no por un motivo ideológico, claro, es un asunto de cálculo político: no quiere que el PRI arranque 2011con una victoria electoral en un estado de tal peso.
El proceso que sigue es el 6 de febrero, Baja California Sur, santuario del PRD, donde sus divisiones lo han debilitado al punto de que el candidato del PAN, Marcos Covarrubias, era perredista hasta hace unas semanas, le cerraron el paso en su partido y migró al blanquiazul, con posibilidades de ganar la elección.
Ahí, el PRD va en alianza con el PT y lleva de candidato a Luis Armando Díaz, el PRI-Verde postula a Ricardo Barroso Agramont, Convergencia va solo con Martín Isunza Tamayo, y el Panal con Blanca Esthela Meza Torres, siendo estas dos últimas candidaturas testimoniales.
La suma de estos resultados, que el PRI pierda Guerrero y el PAN gane Baja California Sur, daría un arranque dorado al panismo y a su nueva dirigencia, ya que en los dos primeros procesos electorales del año el PRI habría sido desplazado, resultados con los que se despediría la gestión partidista de Beatriz Paredes, en marzo próximo.
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