miércoles, 19 de enero de 2011

[Leo Zuckermann. Juegos de poder] ¿Por qué no conviene el superpeso?



El peso mexicano sigue fortaleciéndose frente al dólar estadunidense. Por primera vez en dos años, un dólar pudo comprarse en 12 pesos exactos. Se trata de una buena noticia para los mexicanos que les gusta comprar en San Antonio, cenar en Nueva York o jugar en Las Vegas. Por el contrario, se trata de una mala noticia para las empresas que exportan productos de México a Estados Unidos. Y, de seguir esta tendencia, el “superpeso” podría convertirse en un problema para el crecimiento económico del país y la generación de empleos.

La devaluación del peso mexicano frente al dólar a finales de 2008 y principios de 2009 hizo a México más competitivo. De pronto, para muchas empresas, convino otra vez producir en nuestro país y mandar mercancías al otro lado del río Bravo. En agosto de 2008 un dólar costaba 9.85 pesos. A partir de entonces, debido a la incertidumbre por la recesión mundial, el peso se devaluó. Llegó a cotizarse en 15.35 por dólar en marzo de 2009. Pero el Banco de México comenzó a intervenir en los mercados cambiarios utilizando su reserva internacional. El peso descendió y se estabilizó. En 2009 el tipo de cambio cerró a 12.85 pesos por dólar. En 2010, continuó estable con una ligera tendencia a fortalecerse. El año pasado cerró con una cotización de 12.35 pesos por dólar.

El hecho es que, de 2008 a 2010, el tipo de cambio pasó de alrededor de unos 10 pesos por dólar a 12.5. Esta devaluación de alrededor de 25% hizo más competitivas las exportaciones mexicanas. Cuando la economía estadunidense se recuperó de la terrible recesión de 2008-2009, las manufacturas mexicanas de exportación tuvieron un boom que se convirtió en uno de los motores más importantes del crecimiento económico de nuestro país y de la generación de empleos.(…)


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