viernes, 16 de julio de 2010

Ciro Gómez Leyva. La historia en breve



Es hora de la generación Peña-Cordero-Cué

Una de las virtudes de la sacudida del 4 de julio es que promete acelerar el cambio generacional en la política mexicana.


La nueva liga de gobernadores priistas, aglutinada en torno de Enrique Peña Nieto (44), está llamada a recuperar peso en función de un grupo de figuras jóvenes: Ivonne Ortega (37), Miguel Alonso (38), José Calzada (45) y alguien que, aunque rondando los 50, no es parte de la vieja guardia: César Duarte. La lista se completaría con Rodrigo Medina (37), si salva la durísima crisis en su entidad.


Derrotado Ulises Ruiz, debilitado Fidel Herrera, la primera línea de reserva priista para las mejores posiciones quedaría en manos de fogueados como Humberto Moreira (44) o Félix González Canto (41).


La oposición de centro regaló una imagen extraordinaria el miércoles, con tres caras frescas que parecen traer el impulso, la capacidad y el deseo para hacer muchas cosas durante mucho tiempo: Malova (52), Gabino Cué (44) y Rafael Moreno Valle (42).


Los cambios en el gabinete parecen ensancharle la brecha a Ernesto Cordero (42). De nadie se habló mejor en estos días que del subsecretario de Gobernación, Roberto Gil (32). El propio secretario José Francisco Blake tiene 44 años.


No pretendo hacer un recuento pormenorizado de personajes, pero sí dibujar un mapa con otros nombres y apellidos. La generación 1997-2012 (Fox, López Obrador, Calderón, Beltrones, Paredes, Chuchos, Creel…), a la que quizá con demasiada severidad he llamado del fracaso, está viviendo sus últimas horas como tal. Los menos se engarzarán con la que viene. Pero como colectivo, entraron en invierno.


Me cuesta ubicar entre los declinantes y los emergentes a Marcelo Ebrard (51).


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