sábado, 17 de julio de 2010

Héctor Aguilar Camín. Día con día -- 7. Seguridad: el cambio en Gobernación



Parecen muy claras las razones por las que el presidente Calderón ha nombrado al nuevo secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, y lo que espera de él:


“El conocimiento que tiene del fenómeno criminal”, dijo, “la buena relación que logró establecer para articular los esfuerzos de autoridades policiales y militares en el combate al crimen en Baja California, serán, sin duda, de gran utilidad para fortalecer la lucha por la seguridad pública y contra el crimen organizado que libramos los mexicanos”.

Agregó:


“Le instruyo a encarar con responsabilidad y compromiso la lucha contra el crimen organizado y por la seguridad pública, la lucha en contra de este principal enemigo de nuestra sociedad y nuestras instituciones, así como tomar parte activa en el diálogo que he propuesto con todas las fuerzas políticas del país y la sociedad en su conjunto, a fin de fortalecer la estrategia nacional de seguridad como una política del Estado mexicano”.


En una palabra: Blake Mora ha de ser el secretario de Gobernación de la seguridad pública, no el de la concertación política, aunque mucha de ésta sea necesaria para crear esa “seguridad democrática”, que no sea vista como “una lucha sólo del Presidente”, sino “como producto del acuerdo entre todas las fuerzas políticas”.


Para que esto sea posible tiene que darse en los hechos un liderato del secretario de Gobernación como mando único o instancia superior de toda la estrategia, lo que implica la coordinación, sí, pero también la disciplina de las instancias de seguridad federales en torno al nuevo secretario.


La falta de coordinación de los gobiernos locales y el federal en esta tarea es la mitad del problema. La otra mitad es la falta de un mando único, de un liderato político y jurídico claro entre las diferentes instancias federales: Defensa, Marina, Seguridad Nacional, Procuraduría General de la República. (…)

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