martes, 20 de julio de 2010

Sergio Sarmiento. Jaque Mate, Ciudad olvidada


"Es imposible ganar la guerra así como está planteada".
Miguel García  
 
Parece que la Federación no se preocupa mucho por Torreón. Si bien la ciudad ha registrado cuando menos tres sangrientas matanzas en lo que va de este 2010, el gobierno federal no le ha prestado mucha atención. Toda la preocupación oficial se ha volcado sobre Ciudad Juárez. De hecho en marzo, cuando Torreón se quedó sin policía municipal, tras un despido masivo por un paro de los elementos que se negaban a aceptar a un militar como comandante, el gobierno central retiró a la Policía Federal de la plaza.
 
El pasado mes de febrero, la última ocasión que visité Torreón, varios amigos me expresaron el temor cotidiano en el que vivían. No sólo les inquietaban las balaceras y matanzas, que han convertido en reclusas dentro de sus hogares a muchas familias, sino también los secuestros y extorsiones. Me manifestaron su sensación de que la Federación ha abandonado a Torreón a su suerte.
 
La matanza del bar El Ferri del 31 de enero dejó un saldo de 10 muertos aunque los torreonenses dicen que fueron más. Sin embargo, quedó opacada en los medios nacionales de comunicación y en la atención del gobierno federal por la masacre de Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez, la cual tuvo lugar el mismo día.
 
El presidente Calderón, que acudió en varias ocasiones a Juárez, donde se encontró con familiares de las víctimas y organizó reuniones extraordinarias con su gabinete y de autoridades locales, nunca visitó Torreón. Más aún, el retiro de la Policía Federal en marzo cayó como un balde de agua fría a una sociedad atemorizada por el crimen organizado.
 
En mayo finalmente acudió a Torreón el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont. Ahí tuvo una serie de reuniones con empresarios y políticos locales, aunque siempre detrás de la protección del operativo de seguridad más importante presenciado en la ciudad. Dos días después, el 15 de mayo, se produjo otra matanza, de los parroquianos de un restaurante llamado Juanas que apenas estaba siendo inaugurado. El secuestro de Diego Fernández de Cevallos fue la noticia que, en esta ocasión, opacó la tragedia. (…)
 

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