miércoles, 12 de octubre de 2011

Joaquín López Dóriga. . En privado [Coalición, ¡qué bien suena!]



Leí con todo detenimiento el desplegado que se publicó el martes con 46 abajofirmantes convocando a un gobierno de coalición, lo que me parece un gran proyecto. Tengo claro que, careciendo de una mayoría propia, sólo así se podrán alcanzar los acuerdos pendientes en todos los escenarios de la vida nacional y el gran tema pendiente: la reconciliación de todos los mexicanos.

El desplegado se titula Por una Democracia Constitucional, y concluye que si ningún partido dispone de mayoría en la Presidencia y en el Congreso, se requiere (sic) de una coalición de gobierno basada en un acuerdo programático, explícito, responsable y controlable cuya ejecución se compartida por quienes lo suscriban.

Por ahora no aporta más detalles de la manera de avanzar hacia esa forma coaligada de gobierno, aunque el diario Reforma, que destacó el desplegado como nota principal con un urgente ¡Coalición, ya!, lo identificó con un sistema parlamentario, o cuasi, centrado en la figura de un jefe de gabinete, jefe de gobierno, como sucede en los países con ese régimen.

Y pregunto: ¿adónde iría esta propuesta que se basa en la ausencia de gobierno de mayoría, en caso de que uno de los candidatos lograra esa mitad más uno de los votos en las próximas elecciones de julio?

Considero que una propuesta de este calado, ¡Coalición, ya! debería ir mucho más allá de un proceso electoral, el del año que viene, o de un candidato que les es incómodo, Enrique Peña Nieto.

Deseo que los convocantes de esta ¡Coalición, ya! nos ofrezcan pronto una segunda entrega para conocer su hoja de ruta y avanzar en ese proyecto, cuando ya ha iniciado el proceso electoral 2012.

Y que nos detallen cómo alcanzar un acuerdo programático explícito, responsable, y controlable, cuya ejecución sea compartida por quienes lo suscriban.

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