jueves, 6 de octubre de 2011

Leo Zuckermann. Juegos de poder. [Sobre el aborto: a favor de la legalización]



Respeto mucho la posición conservadora sobre el aborto, pero yo estoy a favor de la legalización. Explico por qué.

Científicamente es imposible saber cuándo empieza la vida humana. Esto es indiscutible. Y como no sabemos, el asunto de la interrupción del embarazo se torna complicado y debatible. Hay quienes piensan que la vida empieza al momento de la concepción y su posición es respetable. Tan respetable como la de los que creen que es cuando el cerebro del feto comienza a funcionar o la de los que consideran que es hasta el momento en que la criatura puede sobrevivir fuera del vientre materno. ¿Quién tiene la razón? ¿Cómo resolver el misterio de cuándo comienza la vida? ¿Debe ser el Estado el que lo defina? La respuesta es sí y no.

Partamos de la premisa de que en este tema del aborto se contraponen dos derechos. Por un lado el del feto a vivir y, por el otro, el de la madre a hacer lo que más le convenga con su cuerpo. No está fácil equilibrarlos. Por eso resulta fundamental definir un criterio que trate de respetar tanto los derechos del feto como los de la madre.
Recurro, entonces, a la “solución de los plazos” que ha determinado la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. Me parece que es la “solución” menos mala para equilibrar los derechos del feto y de la madre. 

La mayoría de los ministros de ese país han determinado definir tres periodos del desarrollo del embarazo. Durante el primer trimestre, la intimidad de la madre prevalece sobre la vida potencial del feto. Por eso, declararon legal al aborto durante los primeros noventa días de embarazo sin que el gobierno pueda inmiscuirse en la decisión de la madre. Durante el segundo trimestre, el aborto es aceptable siempre y cuando la vida de la progenitora no corra peligro y, ya en el tercero, únicamente se permite para preservar la vida o la salud de la madre. De esta forma, un aborto es legal durante el último semestre del embarazo si un médico lo valida.

A muchos no les convencerá esta “solución”. Sobre todo a aquellos que piensan que la vida comienza desde la concepción. Pero insisto: esa es su creencia personal. ¿Por qué tienen el derecho de imponérsela a todos los demás? ¿Por qué su moral es superior?(…)

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