lunes, 10 de octubre de 2011

Carlos Ramírez. Indicador Político [Nextel-21, concesión maldita]


+ Saldo: ni ingresos ni cobertura

A casi un año de distancia de la concesión otorgada por la licitación 21 a Nextel, el litigio judicial podría estarse enfilando ya hacia una decisión en un tribunal colegiado en los próximos días. Sin embargo, la sentencia podría basarse en criterios procedimentales, pero dejando al margen una de las razones centrales de toda licitación: el beneficio a usuarios.

Para empezar, sigue sin aclararse el diseño de las bases de la licitación 21 que beneficiaron a modo a Nextel. En esas bases se fijaron límite de acumulación de espectro, pero incluyendo las frecuencias que Iusacell, Telefónica y Telcel tienen concesionadas y dejando fuera a los 50 megahertz que Nextel tenía ya concesionados en la banda de frecuencias de 3.4 gigahertz para prestar servicios de telefonía móvil.

Ahí se localizó uno de los primeros detalles de parcialidad: si se hubieran considerado las frecuencias de 3.4 ghz, Nextel se hubiera visto impedida de participar en el concurso 29 de la licitación 21. Sin embargo, el proceso de licitación fue bastante laxo para Nextel y dañino para las demás empresas de telefonía móvil. En el momento en que Nextel entró al proceso de la licitación 21 tenía un compromiso de asociación con la empresa Televisa.

El punto de debate radicó en el precio de la licitación. El gobierno entregó la concesión a Nextel por un precio que beneficiaba Nextel: 180 millones de pesos. La razón oficial fue en el sentido de inversiones a fututo y beneficios al usuario. El Estado dejó de ingresar 27 mil millones de pesos. Y es la hora en que las autoridades encargadas de la licitación no aclaran fehacientemente la diferencia en las cifras de venta a una empresa y los referentes del valor en el mercado.(…)

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