miércoles, 7 de septiembre de 2011

F. Bartolomé Templo Mayor: Fernando Larrazabal




HAY QUE reconocerle a Fernando Larrazabal que cada día se supera a sí mismo: hasta hace unos días era un dolor de cabeza para algunos panistas regiomontanos; hoy lo es para el PAN nacional.

HORAS Y HORAS de debate se aventaron la noche del lunes y la madrugada del martes los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional tratando de decidir qué diablos hacer ante el "Quesogate".

HUBO JALONEOS entre los corderistas y sus oponentes, dado que Larrazabal es el principal operador de Ernesto Cordero en Nuevo León.

AL FINAL se decidió que "Larry" debía pedir licencia como alcalde de Monterrey, primero para no seguir arrastrando los colores albiazules y, segundo, para que no embarrar más al delfín que va en caballo de Hacienda.

AYER, viajó al DF para reunirse con Gustavo Madero en algún lugar secreto que la dirigencia panista se esforzó en ocultar.

DURANTE prácticamente todo el día estuvieron rogándole, perdón, tratando de convencerlo de que aceptara el enérgico resolutivo de su partido y dejara la presidencia municipal.

PERO, ¡oh, sorpresa!, Larrazabal es más aferrado que un vendedor de tiempos compartidos y regresó a Monterrey como se fue: como alcalde.

FALTA VER si ignora de plano la súplica de su partido... o si nomás está haciéndola de emoción antes de pedir licencia.

 BAJITA LA MANO Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña ya empezaron a debatir -sin mencionar uno al otro- por la candidatura presidencial priista.

PRIMERO, el sonorense habló en su informe de que, antes de escoger al candidato, se requería un proyecto de nación; y el mexiquense, en su respectivo informe, respondió que el proyecto ya existe y que es la Constitución.

A BOTE PRONTO Beltrones le respondió en un encuentro con empresarios y autoridades de la UDLA, encabezado por su rector, Luis Ernesto Derbez.

AHÍ, el senador dijo que la Constitución no era un proyecto, sino un anhelo y que para cumplirse requería, precisamente, un programa de gobierno y políticas públicas aterrizadas.

Y FUE un poco más allá Beltrones, pues al hablar de lo que Peña llamó la necesidad de un "Estado eficaz", consideró que sí es necesario pero que hay que tener cuidado, pues también fueron eficaces los gobiernos de Hitler, Mussolini, Stalin... A ver qué responde Peña.(…)

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