miércoles, 21 de septiembre de 2011

Joaquín López Dóriga. . En privado [IFE, zona de confort ]


Desde septiembre pasado, al iniciar el segundo año de esta legislatura, la Cámara de Diputados tenía un pendiente legal: la designación de los tres consejeros faltantes en el IFE, mandato constitucional a resolver a más tardar en noviembre y que por pugnas de poder, ya que cada partido quería colocar al suyo, incumplieron sin el menor recato.

Así, quienes como diputados habían protestado cumplir y hacer cumplir la Constitución, se la pasaron por el arco de San Lázaro, incumpliéndola con total impunidad.

Por aquellos días, hace casi un año, ya se había publicado la convocatoria a los aspirantes a las tres vacantes del IFE. Los legisladores los pasaron por un primer tamiz, luego por otro, los hicieron comparecer, aprobaron y reprobaron, siempre pensando en los intereses electorales de sus respectivos partidos, no en las prendas de los convocados y menos en su labor imparcial y ciudadana.

Por un momento, la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados pareció tener un acuerdo: un consejero para cada uno, PAN, PRI, PRD, pero ante lo descarado del procedimiento y lo grosero de la imposición, tomaron otra de esas decisiones en las que anteponen el interés político, que es electoral, a su obligación constitucional, sabedores de que el fuero y la masa del anonimato los protegen: los batearon.

Así, en noviembre, con el plazo vencido, dijeron que llamarían a un extraordinario en enero; en enero, que en el ordinario de febrero; en mayo que en un extraordinario en julio; en agosto que en este periodo ordinario del que ya han corrido 21 días y nada.(…)

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