jueves, 22 de septiembre de 2011

Joaquín López Dóriga. . En privado [¿Poder civil o militar? ]


El problema es que toman la decisión errónea en el momento equivocado. Florestán

El pasado 13 de septiembre, como en todo el país, se conmemoró en Baja California la gesta de los Niños Héroes y la heroica defensa del Castillo de Chapultepec.

El gobernador, José Guadalupe Osuna Millán, designó como su representante a este acto al secretario de Gobierno, Cuauhtémoc Cardona, quien, narran los testigos, llegó tarde y en estado de ebriedad, por lo que los militares no lo dejaron ocupar su lugar en el presidium y se fue.

Dos días después, en la ceremonia del 15 de septiembre, el jefe de la II Región Militar, el general Adolfo Duarte Mújica, ante al gobernador Osuna ordenó al secretario de Gobierno.
—¡Cardona! —dijo en voz alta haciendo sentir su superioridad—¡Ven! ¡Ven para acá! —ordenó con un ademán— ¡Ven para acá! —le reiteró.

Obediente, Cardona se acercó y el militar, sin mirarlo, se dirigió al gobernador y apuntándole con el índice, le dijo:
—No lo quiero ver en ninguna instalación militar. Es un grosero, borracho e irrespetuoso... y confianzudo. A partir de hoy, para usted todo mi respeto —aclaró al gobernador que públicamente aguantaba el reclamo del militar. Ya tienen las instrucciones y al que lo vuelva a ver en alguna instalación militar...

Esta escena fue captada por una cámara de la estación estatal de televisión que registró el momento y que subieron a las redes.

Atrapado en este conflicto de jerarquía, Osuna Millán dijo que había ordenado al secretario de Gobierno se disculpara, pero que lo mantenía en el cargo.(…)

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