lunes, 19 de septiembre de 2011

Jorge Fernández Menéndez. Razones [El asesinato de Garza Sada ]



La violencia está en demasiadas ocasiones ligada, muy directamente, a la política. Pero también se esconde tras disfraces de todo tipo. Saber, sobre todo cuando se vive o se percibe un clima de violencia, quién ordenó o ejecutó un crimen político suele ser un ejercicio vano. Pero a veces los responsables dejan huellas que permiten saber qué fue lo ocurrido, quiénes resultaron ser los responsables, por acción u omisión, y cómo se desarrollaron los acontecimientos.

Hoy, cuando Nuevo León vive un clima de violencia como no lo había conocido en su historia contemporánea, cuando las muertes y la política se entrecruzan con tanta naturalidad, cuando una parte de la clase empresarial ha perdido o abandonado los valores e ideales que permitieron a esa entidad destacar como ninguna otra en el ámbito empresarial en el pasado inmediato, se debe recordar el asesinato de Eugenio Garza Sada, ocurrido hace exactamente 38 años.

Para estas fechas, en 2006, cuando aún vivíamos las convulsiones de la elección presidencial, publicamos el libro Nadie supo nada, la verdadera historia del asesinato de Eugenio Garza Sada. Años atrás, revisando la documentación de la Dirección Federal de Seguridad que había sido trasladada al Archivo General de la Nación en el antiguo Palacio de Lecumberri, había encontrado los documentos que permitían confirmar que la muerte del presidente de la Cervecería Cuauhtémoc y líder empresarial del llamado grupo Monterrey, había sido una acción consentida, conocida previamente y realizada con el visto bueno del gobierno en turno, que encabezaba Luis Echeverría.

En el documento de la DFS, desclasificado y marcado con el expediente 11-219-972, en el legajo dos, hojas 46 y 47, se puede leer un detallado informe enviado por el entonces representante de la DFS en Nuevo León, Ricardo Condelle Gómez, titulado “planes de secuestro de los industriales Eugenio Garza Sada y Alejandro Garza Lagüera”. El documento está fechado el 22 de febrero de 1972, un año y medio antes de los hechos.(…)

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