viernes, 9 de septiembre de 2011

Pemex, en quiebra inminente...¿corrupción, indiferencia o incompetencia?



La Jornada Aguascalientes
Género: Opinión
Publicación: 9 de septiembre de 2011
Autor: Oswaldo Rodríguez García

Las instituciones mexicanas están enfermas, sus condiciones económicas son cada vez más críticas y para el rescate de las mismas se necesitaría sacrificar las finanzas públicas en su totalidad, endeudarse a grados incontrolables, o lo peor, orillarlas a desaparecerlas definitivamente.

Petróleos Mexicanos hoy vive una de las crisis económicas y políticas internas más desastrosas, rehén de la burocracia, del sindicato y botín político de los que han llegado al poder. PEMEX se convirtió en un monopolio con limitada autonomía de gestión y atado a las necesidades del erario y la administración en turno, lo cual conllevará a que México se quede sin petróleo en 14 años. Hoy necesita visión de futuro, con una estrategia de crecimiento que lo rescate sin que implique una fractura del sistema económico nacional, lo que repercutiría de manera directa e inmediata en los bolsillos de los mexicanos. Requiere de una política de modernización tecnológica ambiciosa, de calidad mundial en recursos humanos y materiales, pero ya no puede esperar.

La cuenta regresiva de PEMEX ha iniciado. Su débil situación financiera, su multimillonaria deuda y una acelerada caída de las reservas, son las condiciones que enmarcan a una de las instituciones que se creían más solidad hasta hace una década.

Por si fuera poco, la paraestatal se encuentra atada a una excesiva normatividad, a un marco legal rígido y a un esquema presupuestal y fiscal que en nada la benefician, sino todo lo contrario. Desgraciadamente las únicas propuestas de acciones y programas a implementar por parte del Gobierno Federal, van dirigidas a subastar nuestra riqueza al mejor postor, esto a manera de lavarse las manos ante la ineficiencia de quienes debieron prever y reaccionar a tiempo.

Los informes de PEMEX ante la Secretaría de Hacienda y ante la Secretaría de Energía solo exhiben que de no tomarse las decisiones adecuadas y emergentes esta Institución está por llegar, o incluso ya alcanzó, su límite productivo y operativo.

Luego de ver cuáles son los verdugos de PEMEX, es evidente que el mayor problema de todos lo enfrenta por su gigantesca e incontrolable deuda. La deuda creció 122 mil 729.2 millones de pesos en un año, lo que desencadenó que el monto de sus pasivos rebase en 8% el valor total de sus activos.

La diferencia entre lo que tiene y lo que debe es de 111 mil 103.5 millones de pesos, lo que prácticamente ubica a la petrolera en una quiebra técnica, esto aunque como patadas de ahogado diga haber obtenido un rendimiento neto de 4 mil 208 millones de pesos en el primer trimestre del año. A la par de las insignificantes ganancias, su deuda sigue creciendo, lo que la convierte en una Institución obsoleta.

Sin embargo quienes mal manejan Pemex parecen no ver la tempestad que se avecina, pues pese a lo frágil de sus finanzas, su plantilla de trabajadores la ha incrementado trimestralmente con 400 trabajadores, abultando considerablemente su nomina y como ejemplo un botón: de las 146 mil 990 plazas que tenía en marzo de 2010, pasó a 147 mil 408 solamente durante los 3 primeros meses de este año. La mayoría cuotas para el sindicato, puestos heredados y sin fin de aviadores.

Poniéndolo en números claros, en dinero efectivo, inversiones, bienes muebles e inmuebles, así como inventarios, PEMEX dice tener un billón 403 mil 805.5 millones de pesos, 78 mil 538 millones de pesos más, entre su liquides y sus propiedades. Pero en sus deudas bancarias, bursátiles, con sus proveedores y por conflictos laborales con sus sindicalizados, PEMEX debe un billón 514 mil 908.9 millones de pesos.

Lo que resulta sospechoso y por la falta de claridad y transparencia en sus reportes nos hace pensar mal, es que la paraestatal ha intentado ocultar su inminente quiebra, pues el 24 de febrero obtuvo un crédito bancario por 3 mil 750 millones de pesos y para el 15 de marzo se emitieron certificados bursátiles por 10 mil millones. 

Sin embargo esos recursos nunca se vieron reflejados en un respiro económico para PEMEX, por el contrario, pues solo lo endeudaron más sin que impactara en su beneficio. ¿Quién se quedó pues con esos recursos? Adicional a este amañado manejo de los dineros públicos, en 31 de marzo la empresa petrolera manejó a su libre albedrio líneas de crédito para el manejo de liquidez, con lo que accedieron a gastos superfluos e inútiles por 3 mil 500 millones de dólares.

La herencia que tendrá la administración entrante será terrible, el reto para rescatar a PEMEX después de lo que hemos conocido del manejo de sus finanzas parecería imposible, pero alguien tendrá que hacerlo y deberá además estar enfocado a protegerlo como el patrimonio de los mexicanos, sin trastocar su soberanía y privilegiando el desarrollo nacional, sin que con esto se beneficien ventajosamente extranjeros o políticos nacionales que solo velan por sus intereses personales.

Requiere de manera urgente cambios fundamentales en toda su estructura. Lo primero será hacerle frente al agotamiento del ciclo expansivo de la producción petrolera que inició en 1995, pues desde ahí se dieron cuenta que cada vez más la productividad de PEMEX se iba a la baja.

También tendrán que entrarle urgentemente a la prolongada reducción del acervo de las reservas, puesto que ante la falta de inversión interna, PEMEX se ha gastado ya el 70% de sus reservas para abastecer su mercado nacional e internacional. Con esto, salta a la vista otro enorme e incomprensible problema, México se ha convertido en importador sustancial de productos petrolíferos y gas natural, lo que resulta absurdo al ser los que extraemos, los propietarios de los pozos y con miles de trabajadores. Se les olvido que para que todo eso funcione se necesitaba infraestructura y modernización, hoy pagamos las consecuencias de ese despiste político.

También en lo externo tendrá que someterse a cambios sustanciales y peligrosos. El mercado petrolero internacional dejó de estar denominado por los compradores y ha pasado nuevamente a ser uno de vendedores, con ello México queda fuera de la jugada por su falta de competitividad al vender. Además ante la recesión económica o desaceleración mundial, entramos a una nueva época de terrorismo globalizado, con la política de inseguridad energética del gobierno estadounidense, con lo que aprovecharan su crisis para presionar a México y que se vea obligado a abrir rápidamente y en circunstancias desventajosas para nosotros su industria petrolera y de gas natural. Dejando así expuesto nuestro patrimonio a manos extranjeros, recibiendo sus dadivas y siendo espectadores de la prostitución de PEMEX.

Así como el IMSS y el ISSSTE, PEMEX podría morir en los próximos 2 años, con repercusiones desastrosas y llevándose entre las patas la económica nacional. Para que esto no suceda se requiere la transformación integral de este obsoleto sistema político, pues no podemos permitir que nuestro futuro sea rehén, como estas instituciones, de las peleas encarnizadas por el poder. El 2012 será clave para definir el porvenir nacional, las decisiones deberán tomarse en todos los sentidos y en todos los sectores, apostémosle a tomarlas con responsabilidad, no nos asumamos como víctimas de las circunstancias, mejor capitalicemos sus errores para tomar los ciudadanos al toro por los cuernos y dejar de ser espectadores de nuestra desgracia.

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