lunes, 19 de septiembre de 2011

Ciro Gómez Leyva. La historia en breve [La reelección de Marcelo ]



Si las cosas se le acomodan en lo político y electoral, esta semana podríamos estar asistiendo al inicio de la etapa de despedida de Marcelo Ebrard como jefe de Gobierno del DF. De marcharse pronto, lo hará con notas sobresalientes, quizá las más altas en la capital en décadas.

Ebrard llega a su quinto informe de gestiones con la serenidad de quien trabajó y puede acreditar un buen gobierno. Sus spots para la ocasión son un ejemplo. Ajeno a la estridencia, hace un recuento de logros que, para quienes vivimos aquí, suenan lógicos, reales, prudentes incluso. Dice que la vida cotidiana es mejor que antes, y así es; que tenemos el sistema de bienestar más grande del país, sin duda; que “aquí cada quien ama a quien quiere”, desde luego; que la ciudad es liberal, tolerante y de avanzada, lo cual es incontrovertible.

Y es cierto, como también afirma, que cada vez en más colonias la gente camina las calles, se divierte, consume, aprende, ocupa y usa los espacios y servicios públicos.

Son señales claras de que el maremoto criminal no arrolló a la capital. Creo que si algo tendremos que agradecerle al gobierno de Ebrard es que en el peor momento de la violencia, supo mantener razonablemente a salvo a una urbe que hace cinco, 15, 20 años era sinónimo de monstruosidad, miedo y aflicción. No reconocerlo sería una vileza.

Una amiga periodista me hablaba del reenamoramiento que tenemos varios con nuestra ciudad y decía que, de haber reelección, votaría con los ojos cerrados por Marcelo. Supongo que muchos haríamos lo mismo.

Y que muchos imaginarán a Ebrard llevando el “éxito del DF” por el país, pues tiene la rarísima, exclusiva credencial del buen gobierno.

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