POR LO VISTO Javier Duarte no ha leído sobre Egipto, Siria o Libia en los últimos meses, pues de haberlo hecho difícilmente se habría aventado a tratar de ponerle bozal a las redes sociales.
CUAL si fuera una pizzería, el Congreso veracruzano aprobó en tiempo récord una ley al gusto del gobernador, cuyo objetivo es evitar lo inevitable: que por internet circulen los chismes y los rumores.
LA LLAMADA "Ley Duarte" castiga con cárcel a quien difunda, por cualquier medio, versiones sobre explosivos, balaceras y similares que sean falsos y que, ¡ojo!, tengan la "intención" de perturbar el orden público.
MENUDO PROBLEMA tendrá ahora el Ministerio Público pues sus agentes deberán aprender a leer la mente para adivinar las "intenciones" de quienes escriben en Twitter sobre la violencia cotidiana en Veracruz.
A ESO, además, se suma el pequeño problema de la jurisdicción, porque ¿si alguien desde Timbuctú escribe en Facebook que explotó una bomba en Boca del Río, a poco podría ser juzgado por un tribunal veracruzano?
POR LO PRONTO la recomendación de los expertos es que los yucatecos ni se acerquen al puerto jarocho, porque si los atrapan gritando, "¡Bomba!", al bote irán a dar.
TAL VEZ a Enrique Peña Nieto se le olvidó aquello de que en política "el medio es el mensaje". Y si no se le olvidó, entonces, ¡qué claro mensaje mandó!
PORQUE en la tradición priista se conocían muchas modalidades de destape... pero ninguna como la del mexiquense.
DEL TRADICIONAL "dedazo con cargada", en el que el Presidente indicaba con su índice tricolor al agraciado, se pasó al "video-destape", con el que Carlos Salinas le adjudicó al asesinado Colosio la nominación de Ernesto Zedillo.
LUEGO VINO el "dedazo democrático" que llevó a Francisco Labastida a ganar la primera auténtica contienda interna priista.
DE AHÍ se dio un retroceso con el "auto-destape" de Roberto Madrazo que prácticamente se nombró a sí mismo candidato presidencial. (…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario