martes, 13 de septiembre de 2011

Jorge Fernández Menéndez. Razones [El Cisen en Los Pinos ]



La designación de Alejandro Poiré en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, el Cisen, obliga a una lectura más sofisticada que la que se ha hecho en algunos escritorios. No cabe duda que Poiré es un funcionario que se ha ganado la confianza del presidente Calderón, sobre todo por su labor en el Gabinete de Seguridad Nacional y como vocero presidencial en ese ámbito. 

Muy cercano colaborador de Juan Camilo Mouriño, a la llegada de Francisco Blake a Gobernación, quien copó casi todos los cargos importantes de la Secretaría con sus paisanos de Baja California, Poiré no tuvo demasiado espacio, pero el Presidente lo promovió a la nueva vocería de seguridad, donde realizó una importante labor de coordinar la información, entre las distintas áreas involucradas en la lucha contra el crimen organizado.

Poiré, obviamente, no es un especialista con años de antigüedad en el sector. No se trata de un fundador de la comunidad de inteligencia ni de un hombre con experiencia en las siempre grises áreas de la inteligencia nacional. Llama la atención que, habiendo estado en el gobierno federal hombres como Jorge Tello Peón, uno de los expertos indiscutibles en ese ámbito, no se les haya utilizado en las áreas de inteligencia (aunque tengo entendido que en algún momento se le hizo ese ofrecimiento a Tello, mismo que él no aceptó) y ahora se designe a Poiré, quien, con todo, tiene más experiencia en el tema que Guillermo Valdés, cuando asumió el mismo cargo en diciembre de 2006.

Capacidades personales de Poiré aparte (que las tiene), el secreto parece estar, lo mismo que en las otras designaciones clave que se dieron el viernes, en la convicción del presidente Calderón de manejar directamente desde Los Pinos los principales resortes del poder. (…)

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