miércoles, 21 de septiembre de 2011

Julio Hernández López. Astillero [EPN da el sí ]


  • Belleza y bestialidad
  • Felipe turistea
  • Releccionismo avanza


Comprensibles problemas técnicos impidieron a un resplandeciente guía de turistas extranjeros incluir en The royal tour las escenas más recientes del deporte extremo que significa vivir en México. Muy con- tento y especialmente decidido a invitar al mundo entero a visitar el emocionante país de las ejecuciones y su constante exhibición pública, el agente promotor Calderón discurría en Nueva York, entre lujos, honores y reflectores, mientras en Veracruz eran arrojados en las inmediaciones de una importante y concurrida plaza comercial de Boca del Río cuando menos 35 cadáveres de presuntos zetas, luego de que un día antes, en otra operación digna de rodajes de acción en inglés, se había concedido la libertad sincronizada de tres penales casi el mismo número de delincuentes.

Veracruz en llamas, con un gobernador priísta, Javier Duarte, escondido entre sus declaraciones demagógicas, represor de tuiteros mientras los verdaderos delincuentes siguen impunes, velador de intereses de Fidel Herrera y uno más de los mandatarios estatales que no pueden ni siquiera con las apariencias propias del cargo.

Sabido es que documentales alegres como el estelarizado por el aventurero Calderón requieren mucha anticipación para ser filmados y editados, así que obviamente tampoco se pudieron insertar escenas del campamento para entrenamiento de narcotraficantes en Nuevo León, ni las desapariciones recientes de personas en carreteras de Tamaulipas y Nuevo León, ni los ataques masivos en Zacatecas. En cambio, la pupila de los mexicanos en vilo podrá deleitarse con las osadas intervenciones del superhéroe Calderón, que dedicó tiempo y recursos públicos para mostrarse como ejecutante de suertes deportivas peligrosas, siempre protegido por los equipos reglamentarios y las fuerzas militares que por ley le acompañan en todos sus viajes.(…)

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