Hace 10 días, ante reporteros, una de las más respetables figuras de la izquierda nacional, Alejandro Encinas, reconoció que, puesto que vive en el Distrito Federal, si se lanzara como candidato a la gubernatura del Estado de México, el Tribunal Electoral de la entidad pudiera invalidar su registro.
“Me encantaría ser gobernador; tengo 40 por ciento de aceptación; tengo la posibilidad de convocar a una unidad muy amplia de las izquierdas, pero también tengo muy clara mi vulnerabilidad legal. Sería una enorme irresponsabilidad actuar engañando a la gente, sabiendo que tengo este factor de vulnerabilidad para acreditar mi registro como candidato”.
Pero el martes reconsideró:
“Estoy sorprendido de este planteamiento (le cantan las sirenas para que se lance) de un sector muy vasto de gente (…). Ya veremos qué buenas nuevas trae el año nuevo.”
¡¡¡¿Que qué?!!!
Pues que el admirable Alejandro parece dispuesto a traicionar su mejor característica ideológica y política: la de su irreprochable y canija congruencia.
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