viernes, 17 de diciembre de 2010

[Julio Hernández López. Astillero] La denuncia "anónima"



  • Sacudirse el miedo
  • La treta de lo "anónimo"
  • Chayo, "líder ideológico"
  • Cocoa, nomás pariente

Desde el blindaje extremo, que traza una de las líneas divisorias entre los funcionarios locuaces y los ciudadanos prudentes y atemorizados, el secretario de Gobernación cree exigible que la sociedad tenga "mayor participación" en el combate al narcotráfico, pues según las nuevas teorías federales de las responsabilidades punitivas compartidas, la mejoría de los niveles nacionales de seguridad, tranquilidad y paz "es un esfuerzo que tenemos que hacer todos".

Valiente en grados proporcionales a los niveles de protección que el erario le otorga, el licenciado Francisco Blake convoca a los ciudadanos desarmados, amenazados, chantajeados, secuestrados, torturados, destazados y asesinados para que se sublimen en sus posibilidades cívicas y que, ¡hombre, por favor!, "nos sacudamos ese miedo".

La cantaleta participativa no es, sin embargo, solamente una muestra más de cinismo y frivolidad. Trata, es cierto, de diluir la responsabilidad del fracaso de la "guerra" contra ciertos cárteles del narcotráfico y de endosarle a cada uno de los mexicanos una porción de la derrota y el horror, como si fuese posible prorratear los paredones históricos.

Pero a pesar del improbable éxito real de esa campaña de fumigación de temores (convencida como la gente está de que los oídos oficiales para recepción de soplos están controlados casi en su totalidad por los brazos vengativos de los mismos denunciados), el exhorto gubernamental busca dar sustento a una de las peores tretas usadas en esta fase intensiva de abolición de libertades, garantías y derechos: la denuncia "anónima" como falsa fuente de sustento de acciones policiacas y militares que sin respeto alguno a la canasta básica de la legalidad precalderónica hoy realizan allanamientos, detenciones, aprehensiones y ejecuciones al amparo simple de presuntos llamados telefónicos delatores que así se convierten en expedito recurso de sustitución procesal de la antigualla denominada "estado de derecho". (…)

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