viernes, 10 de diciembre de 2010

[Joaquín López Dóriga. En privado] Madero y el Yunque doblan a Gil, 2


El sábado pasado, en el Consejo Nacional del PAN, se votó la primera vuelta para los cinco candidatos a la presidencia del partido, y se mandó la primera señal: Gustavo Madero 128 votos, Roberto Gil 122, Cecilia Romero 57, Francisco Ramírez 45 y Judith Díaz 14.

Vendría la segunda vuelta. En su ronda de presentaciones a favor de los candidatos, Gil lo hizo por sí mismo. Retomando a Carlos Castillo Peraza, dijo que tomaba el turno de su presentador para asumir la responsabilidad de la derrota o para asumirla en la victoria. Denunció que el PAN había dejado de hacer política hacia adentro, advertía que no había política sin reconciliación después de la competencia y que la unidad era resultado de un ejercicio noble de reconocimiento de la parte de verdad en el otro.

No bajaba de la tribuna cuando ya repartían camisas con la leyenda de unidad. El acuerdo entre los otros cuatro candidatos estaba cerrado. Lo presionaban para que no siguiera adelante.

El gobernador José Guadalupe Osuna, identificado con Francisco Blake Mora, hizo la presentación de Madero en la segunda ronda, llamando a votar por él, que era un hombre de familia. En el tercer piso, Blake y Gerardo Ruiz Mateos hablaban con los operadores de Madero sobre la integración del nuevo Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

A las declinaciones de Ramírez Acuña y Romero, Gil reunió a los suyos. Unos estaban por ir a la segunda ronda, confiaban en que la coalición Madero-Yunque les daría votos; otros decían que el calderonismo, por falta de línea presidencial, no se reagruparía, que el factor Patricia Flores lo hacía imposible.

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