** Mal sabor de boca ha dejado, por cierto, la discusión sobre encuentros privados de la presidenta del referido tribunal, María del Carmen Alanís, quien cenó en una residencia al sur de la ciudad con personajes que cabildean en contra de una eventual sanción con motivo del manejo publicitario del más reciente informe de gobierno de Enrique Peña Nieto. En este caso lo relevante no es la suerte política del mexiquense, sino la manera en que se gestionan los asuntos tanto dentro del tribunal como del IFE, pues en la singular reunión también hizo acto de presencia el consejero Marco Baños.
** Eruviel Ávila, virtualmente candidato para la gubernatura del Estado de México, puede ser el personaje más competitivo frente a las urnas, y también una garantía de que no se enderecen críticas contra Enrique Peña Nieto sobre favoritismo hacia unos de los suyos. Pero el problema de Ávila será conciliar hacia dentro del hermético Grupo Atlacomulco, acostumbrado a que sea uno de los suyos el que controle el palacio de gobierno en Toluca. Si no, pregunte usted por el estado de ánimo de los señores Emilio Chuayffet, de su protegido político Ernesto Némer, líder de la bancada del Congreso local, y así otros muchos.
** El embajador estadounidense Carlos Pascual sigue muy activo. El viernes pasado convocó a un grupo de analistas mexicanos para almorzar con el subsecretario del Departamento de Estado, Thomas R. Nides, quien visitó la capital del país con una agenda muy discreta. Nides ha sido emisario de malas noticias para naciones de la región, como Colombia, a los que les ha sido recortado drásticamente el apoyo económico. En México, la Iniciativa Mérida preveía aportaciones estadounidenses por mil 400 millones de dólares, pero hasta ahora sólo han llegado 400. (…)
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