miércoles, 30 de marzo de 2011

[Ciro Gómez Leyva. La historia en breve] Una lección de decencia y futuro



Lo que ocurrirá hoy en Pachuca no tiene parangón en los años recientes. Xóchitl Gálvez, la exitosa e inobjetable candidata de la alianza opositora, aceptó reunirse con Francisco Olvera, el candidato del PRI que el viernes asumirá el gobierno de Hidalgo. Van a desayunar y hacer un anuncio.

La contienda entre ellos fue despiadada. Basta recordar la sordidez de la irrupción de autoridades judiciales del estado en una oficina de Xóchitl el día de la votación. O las palabras de ella contra “los caciques” hidalguenses, o los recursos que promovió ante el Tribunal Electoral de la Federación, que al final no prosperaron.

Hace unos días hicieron contacto. Xóchitl aceptó la cita, y la foto consiguiente, a cambio de que Olvera se comprometa a poner en marcha tres de las propuestas esenciales de la alianza opositora: la de transparencia y rendición de cuentas, la de desarrollo tecnológico y el modelo de Universidad Intercultural.

¿Por qué, Xóchitl? “Porque en el país, y en Hidalgo desde luego, hay una gran necesidad de lograr acuerdos políticos en beneficio de los ciudadanos”. ¿Confías en la buena fe de Olvera y el PRI? “Él se compromete a que, 30 días después de que asuma el cargo, dará a conocer un programa de trabajo con alcances y fechas específicas para llevar adelante los tres proyectos”. 

¿Y los ojetes que dirán que claudicaste? “Cerca de 400 mil hidalguenses votaron por nuestros programas, no me voy a pasar seis años denigrando, si puedo ayudar a desarrollarlos”. ¿Vas a formar parte del equipo de Olvera? “No”.
Ya veremos qué suerte tiene este acuerdo. Por lo pronto, parece una lección de inteligencia, decencia y futuro. De ambos. 

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