jueves, 24 de marzo de 2011

[ Joaquín López Dóriga. En privado] ¿Quién ganó el domingo? El PRD logró el domingo, con sus problemas y raspones, lo que no había podido en otros procesos: la sucesión pacífica de su dirigencia nacional. Ahora, que el resultado no satisfizo a todos, eso es natural y en ese partido, inevitable. En las vísperas se anunciaba el choque entre las dos corrientes que predominan en el perredismo: Nueva Izquierda, de Jesús Ortega, y el lopezobradorismo en todas sus manifestaciones grupales. Así llegaron al consejo el sábado y así se fueron a dormir, sin resultados. El domingo, cerca de la medianoche, lograron conciliar que Jesús Zambrano, de Nueva Izquierda, fuera el presidente y Dolores Padierna, de AMLO, la secretaria general, de acuerdo con sus normas internas. Desde que se registró para el proceso la esposa de René Bejarano, que reingresó al PRD, estaba claro que sería presidenta o secretaria general, lo que era un triunfo para López Obrador aunque, claro, trabajaron para hacerse del primer lugar mirando hacia el segundo que no está nada mal para ellos, no sé si para Ortega, quien vio cómo el partido se convertía en un monstruo de dos cabezas enemigas entre sí, y tampoco sé si ese precio valía la pena, aunque todo indica que para ello, sí. El PRD bien vale una alianza. En estas condiciones, el primer mensaje de este matrimonio de inconveniencia fue que la rivalidad es primero, y Padierna escaló el discurso de la descalificación de traidor, a alta traición refiriéndose a las alianzas con el PAN. En estas condiciones llegará el PRD el domingo a la consulta sobre la alianza mexiquense con el PAN: con un presidente de partido que la apoya y una secretaria general que la rechaza. Por eso será muy interesante ver el resultado de dicha consulta, del que se puede derivar un rompimiento de algo que nunca estuvo unido: el PRD, su dirigencia y tribus.



¿Quién ganó el domingo?
El PRD logró el domingo, con sus problemas y raspones, lo que no había podido en otros procesos: la sucesión pacífica de su dirigencia nacional.

Ahora, que el resultado no satisfizo a todos, eso es natural y en ese partido, inevitable.

En las vísperas se anunciaba el choque entre las dos corrientes que predominan en el perredismo: Nueva Izquierda, de Jesús Ortega, y el lopezobradorismo en todas sus manifestaciones grupales.
Así llegaron al consejo el sábado y así se fueron a dormir, sin resultados.

El domingo, cerca de la medianoche, lograron conciliar que Jesús Zambrano, de Nueva Izquierda, fuera el presidente y Dolores Padierna, de AMLO, la secretaria general, de acuerdo con sus normas internas.
Desde que se registró para el proceso la esposa de René Bejarano, que reingresó al PRD, estaba claro que sería presidenta o secretaria general, lo que era un triunfo para López Obrador aunque, claro, trabajaron para hacerse del primer lugar mirando hacia el segundo que no está nada mal para ellos, no sé si para Ortega, quien vio cómo el partido se convertía en un monstruo de dos cabezas enemigas entre sí, y tampoco sé si ese precio valía la pena, aunque todo indica que para ello, sí. El PRD bien vale una alianza.

En estas condiciones, el primer mensaje de este matrimonio de inconveniencia fue que la rivalidad es primero, y Padierna escaló el discurso de la descalificación de traidor, a alta traición refiriéndose a las alianzas con el PAN.

En estas condiciones llegará el PRD el domingo a la consulta sobre la alianza mexiquense con el PAN: con un presidente de partido que la apoya y una secretaria general que la rechaza.
Por eso será muy interesante ver el resultado de dicha consulta, del que se puede derivar un rompimiento de algo que nunca estuvo unido: el PRD, su dirigencia y tribus.(…)

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