jueves, 31 de marzo de 2011

La opinión Pública



El Universal
Género: Opinión
Publicación: 31 de marzo  de 2011
Autor: Luis Maldonado Venegas

Inasible, difusa y multiforme, la llamada opinión pública suele'' ser" receptáculo indiscriminado de toda clase de cartas abiertas, mensajes, informes, posicionamientos, campañas publicitarias, programas de entretenimiento, esparcimiento y diversión en prensa escrita o medios electrónicos.
Se le supone la representación genuina de la masa social, del pueblo. Contar con la aceptación de la opinión pública es importantísimo para la consolidación de un Estado democrático, pues de ella presumiblemente dimana credibilidad, confianza y, en suma, todo aquello que soporta al poder de un gobierno, La existencia de la opinión pública está necesariamente vinculada con la comunicación; es decir, con los medios. Pero también actúa con otras herramientas de la democracia: el voto, el referéndum, las encuestas, la percepción surgida de los debates, las mesas de diálogo, los discursos políticos, etcétera.
En la antigua Roma ya existía la comunicación social (actas del pueblo en las que se referían los sucesos recientes en el imperio, y que sé colocaban en los muros del palacio imperial o del foro). Luego, en la Edad Media, surgieron los vendedores de noticias, que redactaban a mano, en cuatro hojas, todo tipo de información útil a comerciantes, marineros, peregrinos o funcionarios. Con la invención dé la imprenta, estos textos se imprimieron y multiplicaron su publicación, dando paso a la prensa escrita y''al vivo interés de los gobiernos por valerse de la incipiente pero potencialmente poderosa herramienta. Fue en el siglo XVH, en los prolegómenos de la Revolución Francesa y ya con la circulación de periódicos impresos, cuando la opinión pública adquirió naturaleza critica y se erigió en límite social ante el poder del Estado.
Varios siglos después, el florentino Giovanni Sartori definiría la opinión pública como una ciudadanía que opina sobre la gestión de los asuntos públicos en una esfera distinta e independiente del gobierno.
Si reflexionamos sobre el significativo peso que la opinión pública tiene o debe tener en el desempeño de un Estado democrático, advertiremos que para ello debe reunir niveles educativos y culturales de calidad y estar informada de los asuntos públicos, ya que se trata de la expresión ciudadana sobre cuestiones de interés común. Y el gozne entre esa expresión y el poder público está constituido por los medios de comunicación
Pero, ¿puede la opinión pública señalar derroteros al Estado en un escenario de profundas desigualdades sociales? ¿Qué calidad puede tener una opinión pública sin acceso a la cultura y a la educación? ¿A quién beneficia una opinión pública desinformada? Un Estado democrático está obligado a garantizarle a la opinión pública derechos y libertades que le den fortaleza y calidad, a fin de que haya peso ciudadano en las cuestiones de gobierno. Y si la opinión pública implica el ejercicio de libertades de pensamiento y expresión, es necesaria la no intromisión, del Estado en sus funciones. Tan necesaria como la existencia de medios de comunicación plurales, libres, independientes, que reflejen genuinamente la diversidad social de la opinión pública.

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