lunes, 28 de marzo de 2011

[Jorge Fernández Menéndez. Razones] Eruviel y el futuro de Peña


Al momento de escribir estas líneas aún no concluye la consulta del PAN y el PRD sobre su hipotética alianza en el Estado de México, pero todos sus dirigentes saben ya, desde días atrás, pero sobre todo luego de que el sábado se confirmó la candidatura priista de Eruviel Ávila, que el ejercicio no tenía sentido: cualquiera que sea el resultado, el PRD y el PAN irán con sus respectivos aspirantes a esa contienda, el primero seguramente con Alejandro Encinas y en el PAN tendrán que decidir entre Luis Felipe Bravo Mena y Ulises Ramírez, ya que José Luis Durán Reveles parece muy lejano del ánimo de la mayoría de los panistas mexiquenses.

Todo el edificio de la alianza estaba construido sobre un sólo andamiaje: que el candidato priista fuera Alfredo del Mazo, que Eruviel abandonara ese partido y se decidiera a encabezar a la oposición. No era descabellado: el PRI ya se había equivocado demasiadas veces el año pasado a la hora de designar a sus candidatos, Enrique Peña Nieto no podía repetir ese error porque le hubiera podido costar, no sólo la elección estatal, sino su candidatura presidencial.

Ahora han salido versiones de que fueron Carlos Salinas de Gortari o Elba Esther Gordillo quienes influyeron para que Del Mazo no resultara el candidato, y seguramente esos políticos, con peso en muchas decisiones nacionales, deben haber opinado sobre el tema, pero la decisión en realidad era sencilla: Peña Nieto debía apostar por el mejor candidato, y ese era sin duda Eruviel.

Alfredo del Mazo, un joven con mucho porvenir en la política, es hijo y nieto de gobernadores, es la carta futura de toda una generación del centro del Edomex, pero su carrera política se limita a un paso fugaz por la Secretaría de Turismo del estado y a un año y medio de alcalde en Huixquilucan, uno de los municipios de más alto nivel de vida del país, muy lejos de las necesidades y vivencias de los grandes cinturones urbanos de miseria y marginalidad.

Ávila viene literalmente de la cultura del esfuerzo, nació en Ciudad Azteca, hizo toda su carrera con base en la educación pública, fue dos veces presidente municipal de Ecatepec, donde ya le ganó al PRD y al lopezobradorismo, fue subsecretario de Gobierno y es, sin duda y fuera de encuestas sospechosas, el que tiene el mayor índice de aceptación entre los priistas y en la entidad.

Muchas veces dijimos aquí que tan importante como la designación del candidato era el mensaje que enviaría Peña a los priistas con la misma. Optar por Alfred del Mazo, en estas circunstancias, hubiera privilegiado la relación política de grupo y familiar por encima de la carrera partidaria e incluso de las posibilidades reales de ganar la elección. (…)

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