lunes, 21 de febrero de 2011

[Ciro Gómez Leyva. La historia en breve] Se acabó la farsa




Andrés Manuel López Obrador me citó a las 6:45 de la mañana para la entrevista, una de las últimas que daría como presidente del PRD. Febrero de 1999. Días de gloria para ese hombre de 45 años que había sacado a la izquierda del marasmo, el que había hecho ganar elecciones al PRD.

A la pregunta sobre el mayor éxito, no respondió que el triunfo en el DF en 1997 ni nada por el estilo. “Romper el esquema bipartidista PRI-PAN, concebido y diseñado desde la época de Salinas”, dijo. “El logro más importante, te digo, con mucho entusiasmo, es el de haber roto ese esquema bipartidista que sacaba de la jugada al PRD”.

Exactamente lo que expresó ayer, 12 febreros después, al anunciar que pedía licencia al PRD “por el tiempo en que se mantenga el contubernio de los dirigentes nacionales con Felipe Calderón y el PAN”.

Y agregó una frase que habría cabido a la perfección en aquella entrevista, portada de MILENIO Semanal el 13 de febrero de 1999: “De ninguna manera podemos convalidar el proyecto de la mafia del poder, que pretende consolidar un bipartidismo de derecha y prolongar el régimen de opresión, corrupción y privilegios que está destruyendo al país”.

Coherencia impecable. Tiene toda la razón, pues, al acusar a Los Chuchos y aliados de “desviar los principios que dieron origen a nuestro partido”.

López Obrador hizo lo que tenía que hacer.

Mató la farsa de dejar correr los días para saber si se debe acompañar a Alejandro Encinas, o a quien sea, en una alianza con el PAN para ganarle al PRI de Enrique Peña Nieto.

Se acabó también el margen de maniobra para Marcelo Ebrard: es con o contra el “bipartidismo de derecha”.

No hay más que dos sopas. 

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