viernes, 25 de febrero de 2011

[Julio Hernández López. Astillero] ¡Oh, narcos en EU!



  • Falsa justicia imperial
  • Mandatarios en el negocio
  • Izquierda descuadrada


Revelaciones por necesidad. De pronto, como si no hubiera historia, el gobierno gringo se da por enterado de que en su territorio se han asentado miles de representantes comerciales del negocio binacional de las drogas y realiza una redada incruenta: cientos de mexicanos detenidos y millones de dólares decomisados (sin la profusión de sangre y el terror que la administración calderonista ha impuesto en México como marca distintiva, obligatoria, de la casa, como para demostrar EU que la guerra se puede hacer de otra manera).

Súbito ataque gringo movido no por un afán justiciero, que si tal fuera no estaría condicionado a circunstancias coyunturales, sino por un ánimo de venganza ejemplar a causa del agente migratorio y aduanal caído en días pasados en San Luis Potosí. Los mexicanos aprehendidos ayer en EU lo fueron no por narcotraficantes, sino en represalia contra Los Zetas y en busca de jefes a los cuales castigar; si no hubiera pasado nada en Ojo Caliente, San Luis Potosí, el negocio seguiría funcionando como si nada, acá y allá.

Duelo de premuras turbias. El calderonismo establece una marca de rapidez sexenal cuando encuentra a un Piolín sin jaula y lo presenta como supuesto asesino del agente extranjero Jaime Zapata. Decenas de miles de expedientes se acumulan, entre ellos algunos de alta sensibilidad social, pero ninguno pareciera ser tan importante ni requerir premura esclarecedora como el del policía estadunidense.
Sin embargo, para no quedar atrás en esa competencia de botepronto, los gringos saltan para enfrentar a la contraparte que sabidamente opera desde muchos años atrás y a nombre de diversos cárteles en el territorio de las barras y las estrellas donde se realiza el consumo sustancial de las mercancías estupefacientes. 

Sócrates Rizzo, el ex gobernador de Nuevo León que ha revelado lo que todos saben pero se niegan a aceptar públicamente (es decir, el papel rector de las presidencias priístas de la República en el manejo del tráfico de drogas), bien podría haber hecho sus claridosas declaraciones en inglés y refiriéndose también a los gobiernos estadunidenses, que de manera sostenida han visto beneficios económicos para elites políticas y empresariales a partir de esos bisnes que envician, tendida y sostenida también una red oficial de protección para el ingreso y la distribución de los narcóticos y para la inserción maquillada de los frutos monetarios de esas operaciones al sistema financiero imperial.(…)

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