viernes, 25 de febrero de 2011

[Sergio Sarmiento. Jaque Mate] Cruda realidad



Por supuesto que la economía mexicana sale perjudicada y no beneficiada por los incrementos en el precio del petróleo, pero no nada más por el hecho de que México sea un importador de gasolina y diesel. La economía mexicana es mucho más consumidora que productora de combustibles, aunque esto es algo que la mayoría de los mexicanos no entiende.

Pemex vendió en 2009, según la propia empresa, 1 billón 84 mil millones de pesos: 596 mil millones en el mercado interno y 488 mil en exportaciones. Esta cifra es apenas un 8 por ciento de un Producto Interno Bruto que, al cierre del tercer trimestre de 2010, se elevaba a 13 billones 282 mil millones de pesos (hoy el INEGI debe dar a conocer el PIB nominal al cuarto trimestre). El incremento en los precios del petróleo favorece, aunque sólo en parte, a ese 8 por ciento de la economía que gira en torno del petróleo (Pemex, el sindicato petrolero y el gobierno), pero perjudica al otro 92 por ciento, que somos consumidores y no productores de petróleo y sus derivados.

Ni siquiera en la balanza exterior es el petróleo un factor tan importante como para aplaudir el alza exagerada de los precios. En el 2010 las exportaciones petroleras de México ascendieron a 41 mil 682 millones de dólares, lo cual es sólo un 14 por ciento de las ventas totales al exterior, que ascendieron en 2010 a 298 mil 361 millones de dólares. A las exportaciones, sin embargo, hay que restar 30 mil 211 millones de dólares en importaciones petroleras, lo cual nos deja un saldo de apenas 11 mil 471 millones de dólares.

El principal problema cuando sube el precio del crudo no es, como dijo el presidente Felipe Calderón en Sinaloa el 23 de febrero, que se eleva también la factura por las importaciones de gasolina y diesel. Si así fuera, uno siempre podría argumentar que los aumentos en las importaciones se compensan por los incrementos en las exportaciones.(…)

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