La licencia pedida por Andrés Manuel López Obrador (y adoptada por él antes de recibir respuesta) es un movimiento táctico, no estratégico. Pretende influir en el ánimo inmediato de los perredistas del Estado de México, con miras a la consulta sobre la alianza con el PAN, y no en la estructura y los fines generales del partido que dirigió de 1996 a 1999, lo hizo jefe de Gobierno del DF en 2000 y lo postuló a la Presidencia en 2006.
Aunque no la haya nombrado así, López Obrador tiene licencia de su partido hace ya por lo menos dos años. Se encuentra más cercano al PT que al PRD. Apoyó candidaturas perredistas en la elección federal de 2009 pero lo hizo también con las del PT y de Convergencia. Fue autor de triunfos no de su partido sino de los otros que lo apoyaron en la contienda presidencial y, en los hechos y en algunos casos, hasta combatió a candidatos de su partido, como ocurrió por lo menos en Iztapalapa, tanto en la elección de autoridades locales como de representantes federales.
Su alejamiento, el receso que ha practicado, es semejante, por lo demás, al del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. Sin el aspaviento de solicitarla, el más relevante fundador del PRD hace años que está de licencia en ese partido. Su activismo más reciente data ya de cinco años, cuando apoyó en la contienda interna por la candidatura a jefe de Gobierno a Jesús Ortega frente a Marcelo Ebrard. No acude a los actos partidarios, ni siquiera a los festivos y protocolarios, como el cumpleaños de esa organización el 5 de mayo.
Al pedir licencia, López Obrador ni siquiera espera respuesta. Por eso es ocioso que Jesús Zambrano le recuerde que esa figura no existe en la legalidad interna del PRD. Si la hubiera, no se podría rechazar la solicitud ni contestarla negativamente. Militar en un partido es un acto volitivo, nacido del libre arbitrio. López Obrador, como Cárdenas, está de licencia.
O en receso. A diferencia de su predecesor en la Jefatura de Gobierno y en la candidatura presidencial, el dirigente del Movimiento de Renovación Nacional, Morena, fijó término para su ausencia: terminará cuando cese "el contubernio de los dirigentes nacionales del PRD con Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional".(…)
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