- Citatorio imperioso
- Oportuna detención
- Amores perros en tv
No da lustre a la de por sí aporreada soberanía nacional el que la Casa Blanca haya citado al ocupante de Los Pinos para que comparezca el próximo 3 de marzo. Maltratado declarativamente por altos funcionarios estadunidenses que dicen estudiar las posibilidades de cruzar la frontera para castigar a cárteles insurrectos del narcotráfico, distanciado notablemente del embajador Carlos Pascual, al que acusa de transmitir análisis y comentarios hacia sus superiores con los que causa irritación en el gabinete mexicano de seguridad nacional (información conocida a partir de las revelaciones de Wikileaks en La Jornada), y doblegado por las presiones para aceptar el protagonismo de la FBI en las investigaciones del asesinato de un agente en San Luis Potosí, el licenciado Calderón parece ser llamado a rendir cuentas o a esto y, además, a recibir reconvenciones e instrucciones.
Calderón rezagado hasta en términos de anuncios periodísticos, pues primero informó la oficina de Obama de la decisión tomada y luego se acomodó Los Pinos para tratar de aparentar que la visita a la capital estadunidense tiene propósitos alternos, que se desahogarán durante dos días, de tal manera que no se vea tan mal la pura concurrencia apresurada al llamado del jefe de jefes o, más bien, al representante oral de los intereses que dominan la política imperial del vecino.
Cita, llamado o invitación a Felipe que se produjo el mismo día en que el Ejército Mexicano dio a conocer las actividades de procuración de justicia que realizó para presentar al presunto asesino de un agente estadunidense en San Luis Potosí. El Piolín, pues tal es su alias, fue presentado junto con algunos de sus supuestos cómplices, en una sesión nocturna en la que un vocero militar tuvo el papel principal y, como accesorio, el portavoz de algo que se rumora aún subsiste bajo el nombre de Procuraduría General de la República, ente civil absolutamente desplazado de los trabajos de investigación del mencionado crimen, PGR fantasmal de la que se insiste en corrillos palaciegos que pronto tendrá nuevo titular, pues el cuasi desaparecido No Chávez No Chávez nomás no dio el ancho, como todo mundo suponía menos su padrino Felipe, ahora desencantado.(…)
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